El ilustrador Pablo Bernasconi nació en Buenos Aires en 1973. Es diseñador gráfico egresado de la UBA, donde fue docente de Diseño durante 6 años. Comenzó su trabajo como ilustrador en el diario Clarín en 1998, y actualmente trabaja para diferentes publicaciones de todo el mundo. Sus ilustraciones se publican en The New York Times, The Wall Street Journal, The Saturday Evening Post, Daily Telegraph, Bergens Tidende (Noruega) y The Times.
En diálogo con “El Frasco” en Radio Provincia, afirmó que “siempre fui seguidor del humor gráfico, aunque no lo hacía, lo disfrutaba mucho. No soy muy buen ejemplo de diseñador, pero estoy contento con la banquina que tomé en forma adrede”.
Sobre sus creaciones, indicó que “hago collage con objetos, uso cosas corpóreas, materiales, lo intervengo, construyo pequeñas esculturas que son perecederas”.
“Me gusta mucho la música porque me acompaña mientras trabajo, si estoy tratando de entrar a Cortázar pongo jazz y eso se impregna en la obra”, añadió.
El artista también relató que “empecé ilustrando textos de otros autores y en un momento pensé que podía completar un proyecto con mis propios textos, integrando el diseño, la escritura y la ilustración”.
“Me gusta saber por qué me gustan las cosas que me gustan y por qué no me gustan las cosas que no me gustan”, porque eso hace a la identidad de un artista, sostuvo.
Además, significó que “lo que generan los estímulos de la ciudad es que estás impregnado de cultura. Fontanarrosa decía que Rosario -o su barrio- era tan feo que estaba obligado a imaginar cosas mejores, entonces se obligaba a escribir”.
Bernasconi resaltó que “tengo una personalidad muy curiosa, siempre busco experimentar cosas. Mi madre era química y mi padre ingeniero, hay ahí algo de buscar otra cosa, integrar lo que está afuera con lo que está adentro. Bariloche me da perspectiva. Estoy lejos, estoy obligado a tener perspectiva porque las cosas pasan lejos”.