Matassi indicó que es probable que "quienes diseñaron whatsapp hayan tratado de responder a una especie de desequilibrio en el intercambio de mensajes, entre la posición de emisor y receptor de los audios".
Según un estudio realizado en conjunto con la Universidad de San Andrés "encontramos había una gran diferencia entre el disfrute de quien enviaba un audio, versus la incomodidad de la situación de ineficiencia, porque de pronto debía someterme a la temporalidad del mensaje de quien lo envía".
Entonces "lo que había es cierta incomodidad entre los usuarios de acuerdo a la posición que ocupaba en el diálogo y es probable que haya influido en la decisión de permitir que las personas manejen las condiciones de temporalidad y recepción de los mensajes".
Por su parte Matassi, destacó que "un montón de las cuestiones cotidianas de la comunicación interpersonal que en Argentina están muy mediadas por whatsapp siempre terminan mediadas por preguntas éticas o morales. Todavía no sabemos cuáles son las normas interpersonales que se van a generar respecto a esto".
Resaltó además que "a diferencia de lo que se suele plantear sobre el fin del diálogo o el fin de la conversación, al contrario estamos en un momento de abundancia” de los vínculos que manejamos en pantalla, y probablemente sea el momento de la historia en que las personas mayoritariamente nos comunicamos en el mundo".
"Las disculpas reflejan que es evidente que no es tan simple hablar a la vez con tantas personas".
Por último agregó que "desde fines de los 80 0 90 había una preocupación alrededor de la riqueza o no de la comunicación que iba a salir en pantalla. Se pensaba que la comunicación iba a ser reducida porque las personas no contaban por ejemplo con las manos para expresarse".