El licenciado en Ciencias de la Educación, Gabriel Brener, se refirió a la discusión entre la profesora y el alumno en una escuela de La Matanza y afirmó que los medios de comunicación y las redes sociales hicieron de un hecho ordinario algo extraordinario. El especialista en Gestión y Conducción de Sistema Educativo indicó que la reacción de la docenta “no fue la mejor” y subrayó que estas situaciones se deben resolver dentro del ámbito institucional de la escuela porque “cuando se lo quiere hacer en los diarios, las radios o la TV, hay un grado de especulación política muy grande”.
En declaraciones a Radio Provincia, señaló que cree en la escuela “como un ámbito de construcción de ciudadanía democrática” y en ese contexto es clave “trabajar sobre temas políticos e históricos en un marco de respeto y diálogo”. No obstante, apuntó que “se hizo un espectáculo” porque la profesora defendió al peronismo. “Si hubiera sido un comentario exaltado M y no K e incluso vinculado al fútbol no nos hubiéramos enterado de esta situación”.
En tal aspecto, comparó que no hubo escándalo alrededor de la designación de Gustavo Albónico como director de una escuela porteña. Ese directivo hizo gala de su violencia de género y su misoginia en las redes sociales, reivindicó el gatillo fácil, a la dictadura y pidió el cierre del Inadi y del Ministerio de la Mujer. Pese a ello, el Ministerio de Educación porteño lo nombró director del establecimiento ubicado en Santander al 1100.
Brener dijo que esta espectacularización del hecho “es agua para el molino de la despolitización de la escuela y de ningunear a la política cuando es algo no solo saludable sino necesario en la formación de los pibes”, mientras que las acusaciones “son cinismo de parte de quienes piden que se les de la palabra a los chicos pero hasta hace dos minutos militaron el negacionismo respecto del cuidado de la salud de la población y de la comunidad educativa pidiendo que abran las escuelas”.
El especialista sostuvo que “no hay nada nuevo en la violencia escolar” aunque admitió que “en las últimas décadas un celular en el aula transforma la situación” porque cualquier suceso “en un minuto puede ser parte de la programación sistemática con la que te puede bombardear un canal de televisión. Es parte del medioambiente con el que tenemos que trabajar docentes, directivos y estudiantes en esta época”. En ese orden, resaltó que “es fundamental trabajar el consentimiento. Los chicos tienen que saber que el filmar a alguien tiene que ser bajo su consentimiento”.
El licenciado en Ciencias de la Educación recordó que Braian, un compañero de los chicos que aparecen en la filmación, dejó la escuela hace un mes porque tuvo que hacer changas para ayudar a familia debido a que la pandemia complicó la situación económica. “Esa es una situación política”, expresó y “también es político que Marcela, una compañera de Braian, se preocupe por conseguir la vianda que ofrece la escuela de la provincia para llevársela hasta su casa”. Brener cuestionó que estas situaciones no se hablaron en los medios.
Por otra parte, señaló que “la neutralidad que vociferan aquellos que desconocen el aula o la enseñanza no es más que confirmar el peso de la herencia y la distribución desigual de las ideas, la palabra y el poder”, por lo que pidió “incorporar el conflicto en la propia tensión que hay en los modos de entender la historia y la política, porque la neutralidad reproduce la desigualdad”.
Según su mirada, la escuela “ya no tiene el monopolio de la trasmisión del saber y la cultura”, y ahora “nos sentamos en una gran mesa, en una especie de paritaria, donde ya no sólo la escuela pone la palabra sino también lo hacen los medios de comunicación y las redes sociales”. En ese contexto, Brener reiteró que “los pibes tienen que poder interpelar el zócalo televisivo y fundamentar su idea, y no importa la perspectiva desde donde miren, y deben poder contrastarlo con la información de los compañeros y los profesores –que pensamos distinto-”.