Dos docentes argentinas fueron seleccionadas entre los finalistas al Global Teacher Prize, que cada año entrega la Fundación Varkey en colaboración con la Unesco.
El premio reparte un millón de dólares al ganador que se conocerá en noviembre.
Se trata de Gisela Gómez, que trabaja en el Instituto Provincial de Educación Técnica Nº 85 en General Paz, Córdoba y Ana María Stelman, que da clases en la primaria N°7 del barrio Hipódromo de La Plata.
Por “Superlógica” en Radio Provincia, Ana María Stelman explicó que “fui seleccionada entre 8.500 docentes de todo el mundo, se van a seleccionar 50, luego 10 que se conocerá el mes que viene y luego el que definitivamente gana”.
Relató además que “la primera vez me postuló una amiga, pero rechacé la nominación. Esta vez me anoté impulsada por la directora, compañeras y mi amiga. Lo que hay que hacer para anotarse es contar cómo es el ejercicio docente que llevo adelante. Ellos buscan docentes que inspiren, eso dicen”.
La maestra explicó que trata de “enseñar a partir de inquietudes de los mismos alumnos. Por ejemplo, una vez teníamos que trabajar sobre una estación meteorológica y llamé a un meteorólogo para que nos explique de qué se trataba. Me respaldo mucho en la UNLP donde están los expertos”.
Según la docente, “lo importante es que los alumnos sepan dónde ir a buscar las cosas que quieren saber, eso es lo que creo que tenemos que trabajar en la primaria. Tienen que saber elegir qué información es confiable en la red, porque no toda lo es”.
Consultada sobre cómo fue trabajar en pandemia, indicó: “fue un desafío extremo. Yo estoy en una escuela donde sólo un alumno tiene computadora, los celulares llegan tarde a casa y hay que compartirlo con varios chicos, tienen muy poca conectividad. Tuve que dar clases a alumnos llamándolos por teléfono todos los días”.
En ese marco, consideró que “todos los docentes pusimos lo mejor para que pudieran seguir estudiando” y exhortó a “trabajar más pensando en los chicos como personas, con empatía, tratando de entender qué necesitan para ser felices, qué herramientas les podemos dar para que sepan desenvolverse”.
“Hoy siento que estoy representando a todos los maestros que le ponen el corazón a la profesión”, subrayó la maestra.