En diálogo con “El Frasco”, contó que “abrimos la parrilla 2010 en la zona de La Bastilla y en 2012 abrimos en torno a Saint Germain, cerca de donde vivía Julio Cortázar, es un barrio emblemático”.
Relató también que “me vine a jugar al tenis, daba clases, no estaba vinculado con la gastronomía. Probamos a la aventura y encontramos una libertad en Francia que nos enamoró”.
En cuanto a su actividad gastronómica dijo que “los franceses se vuelven locos con la carne argentina, que es muy buena, llega envasada al vacío”.
“Lo que más sale es el ojo de bife con papas fritas y ensaladas, todos los turistas lo piden. También ofrecemos empanadas, chorizo, morcilla, molleja y postres a base de dulce de leche”, indicó.
Consultado sobre cómo está el contexto de pandemia en ese país, afirmó que parece haberse superado, o que al menos “está estancada”. No obstante, admitió que “todavía hay algunos casos porque mucha gente no se quiere vacunar”.