“No hago nada malo”, dijo César, “el cura rockero”, al preguntársele si cree que los católicos aceptan su perfil.
En diálogo con “El Frasco” por Radio Provincia indicó que “en lo personal si bien estoy abierto a todas las creencias, sé que Jesús vino a la tierra para que abramos nuestro corazón”.
En una extensa entrevista destacó que logró bajar de peso y que está tratando de “ordenar” lo vinculado a la comida.
Recordó que “desde chiquito me gusta el rock e incluse tuve mi banda”. En ese marco, reveló que “cuando murió Papo me acerqué al cementerio y desde ahí su familia me convoca cada año a hacer una oración. No hago nada de malo, no sé si le gusta a toda la comunidad de creyentes”.
El “cura rockero” refirió a la ocasión en que, en 2004, “fuimos a tocar al Vaticano y llevamos un rabino, un cantante sirio y Ulises, un chico de la banda evangélica Rescate”.
En relación a la industria musical de las iglesias evangélicas, el sacerdote consideró que “ellos tienen un sistema más cerrado, yo a la música no le pondría religiones ni política. La música es música”.
Sobre su tarea, incluso en los penales, en sus visitas a las personas privadas de su libertad, indicó: “lo único que trato de hacer es compartir cosas como uno lo hace con un amigo, escuchar a la persona más que las palabras. Escuchar al otro es muy importante y que el otro lo escuche a uno”.