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El actor, docente teatral y comunicador social Matías Vertiz, dio detalles de los programas artísticos que realiza en Chascomús, destinados a jóvenes de barrios populares.
Todo surgió a partir de encontrar, en la Biblioteca Municipal de esa ciudad, materiales diversos que hacían referencia a la historia de la población afrodescendiente de la ciudad. Encontró allí desde poemas escritos en el siglo XIX hasta estudios sobre una Hermandad de Morenos comandados por una mujer negra: Rosabella.
En diálogo con Osvaldo Quiroga en “El Refugio”, por Radio Provincia, dijo que lo que más lo sorprendió fue haber dado con “una obra de teatro escrita en el año 1941 por un autor local, Mario López Osornio, que tiene como protagonista una mujer negra esclavizada. La obra lleva de título el seudónimo de ese personaje: Mamaíta, y transcurre durante los años de la comandancia de Juan Manuel de Rosas, en el seno de una familia dividida por la disputa política entre unitarios y federales.
El objetivo del proyecto es recuperar y adaptar esta obra, que nunca fue llevada a escena, para visibilizar la influencia de la cultura afro en la constitución de la identidad local y nacional, explicó Vertiz.
Expresó el entrevistado que “me ofrecieron trabajar con jóvenes en situación de vulnerabilidad y a partir de allí empecé a abordar las problemáticas que los atraviesan, sobre todo una que apareció siempre: la discriminación que sufren por parte de instituciones y otros jóvenes”.
Esa discriminación se manifestaba en la expresión de “negro”, indicó Vertiz: “negro vago o negro ladrón”. Por eso me interesó indagar “en la raíz histórica de ese uso de la palabra negro. Advierto que Chascomús, que se fundó antes que la Nación (…) recibió muchos africanos para construir el fuerte en 1779”.
En ese marco, afirmó que “esa discriminación viene de ahí, Chascomús cuenta con un enorme porcentaje de población afrodescenciente que está invisibilizada por el proceso mismo de construcción de la identidad nacional”.
“A veces se cree que los negros desaparecieron en enfrentamientos, pero eso es parte del proceso de invisibilización (…), no sucedió tan así, y el proceso fuerte fue el que generó la Generación del 80 la necesidad de blanquear a la población argentina”.