El historiador, docente e investigador del Conicet, Elias Palti, reflexionó sobre la corriente de pensamiento que aborda la ‘historia conceptual’ y lo relacionó con la manipulación de definiciones que hacen determinados espacios políticos en la actualidad. En declaraciones a Radio Provincia, sostuvo que la historia conceptual “se propone analizar cómo cambia el significado de los conceptos a lo largo del tiempo”. Explicó que se trata de “una historización del concepto” pero aclaró que “se distingue a un diccionario de tipo etimológico” debido a que “no se queda en cómo cambia cada concepto de forma individual sino que, a partir de ahí, busca entender cómo cambian los universos de pensamiento, tratando de correlacionar cómo por ejemplo una transformación conceptual nos está hablando de transformaciones culturales más amplias”. En ese sentido, sintetizó que “cuando uno ve que hay un momento de cambio conceptual generalizado nos está hablando de que hay transformaciones históricas más bastas”.
Al ser consultado sobre la utilización del concepto ‘libertad’ durante la última campaña electoral, Palti sostuvo que “el sentido que cada uno le da tiene que ver con la posibilidad de manipulación” de esa idea, y recordó que “en nombre de la democracia se ha hecho guerras, ocupación de naciones”. El historiador subrayó que “la ambigüedad de esos conceptos se relaciona cuando se cargan valorativamente. La libertad o la democracia dejan de tener un concepto con un sentido determinado para pasar a una suerte de principio eterno al que cualquiera puede invocar para justificar lo que tiene. Eso escapa al ámbito conceptual para entrar en el terreno de la lucha política”.
Palti indicó que “una de las cuestiones principales de la historia conceptual es ver cómo está imbricado lo político y lo conceptual”, ya que permite “colocarse en un plano anterior respecto de las premisas de las cuales puede partir para usar esos conceptos de forma manipuladora. Aún para poder hacerlo, esos sujetos tienen que hacerse una idea de la realidad, de comprensión del mundo y de su lugar en el mismo antes de poder elaborar esas estrategias políticas”. Por lo tanto, detalló que la historia conceptual “trata de traspasar el plano meramente ideológico para ver cuáles son los supuestos que hay detrás de esas manipulaciones ideológicas”.
El investigador sostuvo que “el tema fundamental es qué nos dicen esos usos respecto de cambios históricos más generales. Una cuestión a tener en cuenta es cómo se dividen los mandos y ciertas líneas de rupturas y cómo los hechos en torno a los cuales se producen esos alineamientos van mutando históricamente”. En tal aspecto, ejemplificó que “el concepto de libertad en algún momento hacía referencia al hombre que no era esclavo. Cuando desaparece la esclavitud se traslada a la economía con la idea de libre intercambio”; mientras que “el liberalismo como principio político es bastante más tardío”, por cuanto “la primera constitución que se define liberal es la de Cádiz en 1802, en España. El concepto de liberalismo político todavía va a tener un sentido bastante ambiguo y estaba asociado con el establecimiento de los límites para la autoridad monárquica”.
Por último, Palti dijo que “la historia ha sido siempre un campo de batalla política pero no es lo mismo que cualquier otro campo de batalla. También lo puede ser la literatura, la filosofía, etcétera, pero tiene su especificidad y lo que la define como tal son aquellas características específicas. En última instancia, más allá de cómo se la utilice hay algo que la distingue de otras luchas políticas y es lo tenemos que defender porque es lo que le da su identidad particular; y eso que le da una identidad particular es que de alguna forma invoca un cierto saber del pasado que no se reduce simplemente a esa lucha política. Si no sería lo mismo que cualquier otra forma de acción política y no lo es”, cerró.