Zysman indicó que en la infancia el juego es la manera de comunicar, de apropiarse del mundo y de conocerlo. Entonces "si pensamos en la variedad de juegos tenemos que pensar en juegos simbólicos, de deconstrucción, de exploración, juegos que enseñan habilidades, con la posibilidad de un mundo para todos".
Por ello, explicó que los juegos tienen un rol fundamental para construir subjetividades.
"Si un niño va a jugar con un bebé rozagante, rubio, perfecto, se queda fuera del mundo, no solamente porque el niño con síndrome de Down necesita identificarse con una muñeca como él, sino porque el mundo es diverso".
De este modo, subrayó que "celebro este enorme comienzo de marcas que introducen juguetes diversos, sacando estereotipos por color" por ejemplo.
En cuanto a la industria del juguete y las publicidades indicó que es "un trabajo para cualquier mamá, papá o abuelo, comprar un juguete que no sea el que propone la tele, en donde esa propuesta en general tiene un costo mucho más alto porque tiene una marca, dibujito asociado, es un mundo hostil para la elección libre de juguetes".
Desde su punto de vista "cuanto menos los juguetes están influenciados por marcas o las modas, el niño va a poder jugar mucho más y crear".
Por último, expresó que "hay una cultura que acompaña esto que es muy cruel con los niños, con campañas publicitarias con las que se hacen mucho dinero".
Y destacó que "lo mismo ocurre con la literatura, el cine, con un camino para desandar y acompañar a las familias que no quieren ciertos contenidos para sus hijos".