En esa línea, Tati Español muestra en su obra que con un correlato en lo visual, a través de imágenes detalladas de la vulva y zonas erógenas que remiten al juego erótico, se muestra la historia del ocultamiento del placer de la mujer de la mano de la religión y de un modelo médico hegemónico de la masculinidad que negó la anatomía femenina por años.
Asimismo, la escritora explicó que “es un momento en donde debemos estar muy atentas porque si no entramos en un ablande creyendo que el patriarcado se cayó y la verdad que es una institución muy vieja, astuta y con demasiadas herramientas como para considerar que está terminado”.
En esa línea, explicó que “no llamar a las cosas por su nombre es muy grave y tremendo con un silencio impresionante y se convierte en una herramienta funcional al patriarcado. Y todo lo que está cambiando, desde la legalización del aborto hasta el planteamiento de violencia sexual, porque le pusimos voz a lo que estaba en silencio”.
Y agregó: "Las personas con vulva y las mujeres en particular hemos sido históricamente vistas como la respuesta al goce y el placer masculino y no como seres con derecho a gozar de nuestra propia sexualidad".
Por último, Tati Español sentenció: “la falta de información y la validación de nuestro deseo sexual”.