El analista político, historiador y escritor, Carlos Caramello, manifestó que Horacio Rosatti se convirtió en el presidente electo de la Corte Suprema porque ninguno de los otros jueces del máximo tribunal podía asumir el cargo. En ese sentido, enumeró que “Elena Highton de Nolasco está pasada de edad y se mantiene por un pacto espurio” mientras que “Juan Carlos Maqueda decidió no serlo porque está al borde de tener que retirarse de la Corte y además se demostró que tiene algunos problemas de papeles”. En tanto, detalló que “Carlos Rosenkrantz no podía continuar porque no dio resultados ya que perdió todo el tiempo votaciones 4 a 1”, al tiempo que “Ricardo Lorenzetti sobrevive en el tribunal desde tiempos ermitaños”. Por lo tanto, consideró que “el único que tenía algún perfil que le podía permitir ser el presidente de la Corte fue Horacio Rosatti, que se terminó votando a sí mismo”.
En ese marco, afirmó que el Jefe de Estado no viene cumpliendo su promesa electoral de transformar ese Poder. Según destacó, se debe a que “la justicia es una de las terminales de Alberto Fernández. Está íntimamente ligado a la cuestión judicial. Ellos mismos se llaman la familia judicial”. Por Radio Provincia, Caramello dijo que “el nepotismo es de un nivel que no tiene ninguno de los otros poderes. Los concursos se hacen para mostrar lo contrario pero terminan siendo decididos por tres jurados”. Seguidamente, señaló que “cuando hablo de nepotismo, también hablo de cierta promiscuidad en el sector donde todos cuidan a los hijos de todos y por eso nadie se cae”.
Por otro parte, el ex director del Instituto Dorrego resaltó que “una de las cuestiones por las que se aceptó que Alberto Fernández compitiera para ser presidente y no se estableciera un golpe blando o duro en su contra antes de las elecciones debe tener que ver con que había cierta garantía de operación sobre su voluntad”, y subrayó que “no fue un error” la designación de Marcela Losardo como ministra de Justicia de la Nación, por cuanto “su marido es integrante del corazón de la patria judicial”.
Por último, se refirió a las elecciones legislativas de noviembre. “Esta semana se transitó en un carril de alegrías y resignaciones. Los cambios en el gabinete fueron como un golpe de aliento” que se sumaron “a algunos detalles simpáticos para la población”. Sin embargo, sostuvo que “contra eso tenés siempre acciones fallidas que te demuestran que hay una suerte de gatopardismo que el pueblo va a terminar percibiendo más allá de este hálito de esperanza que genera esta suerte de peronización del gabinete”. De todos modos, rescató que “no la veo del todo negra porque Axel Kicillof va a ganar la provincia de Buenos Aires y Rodríguez Saá también tiene experiencia en dar vuelta elecciones”.