Oscar Atienza, médico, doctor en medicina, magister en Salud Pública, magister en Administración de Salud y docente de la Universidad Nacional de Córdoba lamentó "la agilidad" de la Sociedad Argentina de Pediatría “para sembrar duda en la población”.
En Siete Colores, por FM 97 UNE, el especialista aseguró que “quienes conocen sobre los procesos de investigación, saben que hay ciertos momentos donde la documentación es secreta. Y destacó que al pedir más información la Sociedad Argentina de Pediatría muestra “una ignorancia en los procesos de publicación de la información científica o algún tipo de intencionalidad política.”
Además, el magister en Salud Pública destacó que la entidad cuenta con información sobre la Fase 2 que es pública. “Hace un año y un mes que Sinopharm publicó todo lo que es Fase 2 y sus medidas de seguridad. Y ya allí había datos sobre la aplicación de la vacuna a chicos de 3 a 17 años” aclaró.
En ese marco, el docente de la Universidad Nacional de Córdoba, recordó que él, en particular vienen diciendo desde entonces, que “la vacuna Sinopharm iba a ser la primera en aplicarse en menores” y destacó que es segura porque “ya utilizamos la vacuna de la poliomielitis, que es exactamente igual a la vacuna de Sinopharm contra el coronavirus, ya que usan el virus inactivo.”
Es decir que “Sinopharm es una de las mejores. Si yo pudiera elegir, pediría una vacuna que sea a virus inactivo porque generas muy buena calidad de anticuerpos. Y eso lo sabe la Sociedad Argentina de Pediatría. Pero, cuando empiezan a manipular los temores de los padres, eso enoja. Pues, no saben de ciencia o lo hacen a propósito”.
Atienza explicó: “Sinopharm tiene la fase 3 en proceso, como lo tienen todas las otras vacunas. Y por eso se autoriza en modo de emergencia. Pero, como hay tantos casos, es posibles tener dartos previos”.
El magister en Administración de Salud señaló que el laboratorio tiene datos sobre “1800 casos donde se aplicó la vacuna a chicos de entre 3 a 17 años. Pero, esa información está en un proceso de secreto. Es documentación que se manda por ejemplo al ANMAT pero, este ente no la puede difundir porque al mismo tiempo se envía a una revista internacional. Es decir que cuando llega al ANMAT viene con un acuerdo de confidencialidad. Y éste organismo nacional no puede hacer públicos los datos. Y entonces, hay que esperar que The Lancet los evalúe y los publique”.
Finalmente, Atienza explicó: “La Sociedad Argentina de Pediatría pide algo que es absolutamente imposible de tener hasta que The Lancet haga la publicación. De todos modos, los primeros que deben autorizarlo, es el ANMAT. El procedimiento es correcto. Y la Sociedad Argentina de Pediatría, debe esperar a que la información sea pública”.
“Hay algo en lo que yo no tengo duda y es que es el ANMAT el organismo que autoriza la vacuna. Ellos tienen la información y tenemos que confiar en que es nuestro organismo de validación. No hay que esperar a The Lancet, ya que esta revista es sólo un medio de difusión” concluyó.