La organización “Fuerza en mi voz” del partido de General Villegas realizó el informe “Mujeres del viento” para “sacar del olvido” los Femicidios en la zona. El documento logró encontrar 16 casos entre los años 50 y la actualidad.
En Siete Colores, por FM 97 UNE Mirta Ramírez, integrante de la entidad explicó: “Es más bien un trabajo colectivo entre esta y otras agrupaciones que funcionan aquí. El documento se presentó por primera vez en marzo de 2020, unos días antes del cierre por la pandemia”.
El documento da cuenta de 16 casos de mujeres muertas en el marco de su contexto más cercano. “15 eran esposos, novios, ex novios, parejas y/o convivientes de las víctimas. Es decir que se realizaron en un clima de mucha cercanía. La mayoría en la intimidad del hogar. Y un solo caso fue por un amigo” detalló la mujer.
“El objetivo es sacar del olvido los nombres que habían sufrido femicidios en el pasado, porque no se los reconocía como tal. Además, este olvido programado es una forma más de la reproducción de la violencia, al igual que la impunidad” reflexionó Ramírez y agregó: “Acá siempre se dice: ‘Acá no pasa, nos conocemos entre todos’. Pero nosotros nos encontramos en el Noroeste de la provincia, en una triple frontera con Córdoba, La Pampa y Santa Fe. En una zona predominantemente rural; ya que las ciudades dependen mucho del campo. Y, tenemos una enrome cantidad de casos de violencia en proporción a la poca población que tiene el partido”.
La integrante de “Fuerza en mi voz” relató: “Como todo acto de memoria, los nombres fueron surgiendo como un hilo que uno va levantando, y siguiendo. Unos se acuerdan unas cosas, otros otra; por su puesto con todas las dificultades que eso representa. Pero, como todo acto de memoria es para traerlos al presente. Poder analizar cómo ocurrió esto y que pasó con las siguientes generaciones. Pues, el femicidio no termina en el asesinato; sino que pasa dos o tres generaciones hasta que se puede volver a armonizar a esas familias”
En ese marco, Ramírez explicó que si bien los últimos casos se trataron de manera diferente, “todos los anteriores quedaron en esa confusión de estas historias de amor y de muerte, vinculados a un amor imposible o pasional”.
Y ejemplificó: “En un caso de una mujer que fue incinerada se terminó diciendo que aquello fue un suicidio inducido. Y su pareja, recibió una pena en suspenso (porque no alcanzó a los tres años) y quedó a cargo de sus dos hijos. Es decir que el femicidio no termina, allí. Y una enorme herida queda abierta en los cercanos”.
Finalmente, Ramírez agregó que lo importante del documento radica en que “no son casos excepcionales, sino que todos tienen un hilo conductor muy fuerte. Todas estas mujeres fueron asesinadas por personas que eran de su “confianza”, sus victimarios estaban en la cercanía de estas mujeres y el hecho de ocultarlas hace que se oculten también en el presente la violencia de género en nuestros alrededores”.
“Además, en un lugar donde los ingreso, predominantemente, proviene de la ruralidad y la agricultura industrial, donde la fuerza masculina y, la relación con la tecnología hace que la fuerza de trabajo sea predominantemente masculina, las mujeres quedan en desigualdad. Y si van al campo hacen lo que hacen en la casa, cuidan la casa, la limpian. Y en la ciudad, los puestos de trabajo son los de empleada doméstica quedando bajo la protección del marido o pareja” concluyó.