La escritora Carolina Sborovsky se refirió a su segunda novela La Concordia, que publicó a través de la Editorial Conejos. La obra se puede encontrar en librerías y mediante los canales virtuales de la editorial. Se trata de su segundo trabajo luego de El bienestar.
En declaraciones a Radio Provincia, adelantó que la protagonista de su nueva pieza viaja al campo después de una larga ausencia. Describió que la estancia donde suceden las acciones “está ubicada en Corrientes, en una zona árida, que se diferencia del resto de la región, pero que tampoco tiene que ver con lo pampeano”. La autora destacó que en el lugar “empiezan a jugarse y tensarse las miradas de los personajes que llegan desde Buenos Aires y tienen algo más de veintipicos de años”. Sborovsky manifestó que “la protagonista compartió veranos con gente de esa estancia y ahora se pone en juego cómo mira y cómo es mirada. Los hechos transcurren en un fin de semana, asique está todo bastante condensado espacial y temporalmente y por supuesto pasan cosas”.
En la actualidad, se desempeña como editora y trabaja para distintos medios gráficos. Recordó que su interés por la escritura empezó a partir de la lectura. Luego estudió Letras, donde aseguró que se convirtió en una “lectora voraz” y le permitió “ser una lectora no ingenua”. En paralelo, realizó la carrera de Cine y “me re copaba con la idea de hacer guión”. Más tarde, siguió su formación en talleres de escritura creativa. “Me parece que hoy es el dispositivo desde donde se escribe y me animo a decir que el 90 por ciento de los libros que se escriben arrancaron a esos talleres”, analizó.
Sborovsky dijo, desde la escritura, la diferencia entre la primera y la segunda novela está marcada por la estructura debido a que en El Bienestar “me juega un poco como cierto manifiesto, quería contar según...” Además, precisó que “es una novela mucho más socarrona, con una prosa súper cortada, más feroz, con una intervención más directa”. En cambio, sostuvo que “con La Concordia me relajé. Tuve la intención de estar más en el espacio. Me permito las digresiones y adjetivar sin culpa”.
Por ´último, señaló que “el ecosistema literario se está modificando a la par de la sociedad. Todas recordaremos estar en talleres y que nos digan ‘escribís como un chabón’. Eso se está transformando. Hay que tener en cuenta que las mujeres somos más productoras y leemos más”, cerró.