En diálogo con HIJOS de 30 Mil, Hebe de Bonafini expresó que "Carlos, además de ser un tipo muy preparado y un buen abogado penalista, era muy generoso. Él escuchaba siempre a las Madres. Nunca nos puso un 'pero' en nuestras decisiones. A veces le parecía que era demasiado lo que hacíamos pero si lo decíamos las Madres era posible. Eso fue muy importante para nosotras porque la mayoría de los abogados nos decían que nuestra forma de hacer las cosas no se ajustaba a derecho o que estábamos locas, y sin embargo, él decía: 'mirá, hasta ahora las Madres no se han equivocado".
"Además hay que recordar su historia, esa búsqueda desesperada junto a Haydee Pérez -su mujer- por su hija y su nieto. En realidad fueron secuestrados su hija con su marido y dos sobrinas con sus respectivos matrimonios. En todos los casos, los secuestradores se llevaron a los hijos de las parejas. Carlos y Haydee se encargaron de recuperar a todos los bebés. Carlos asumió la crianza de Arturo, su nieto e hijo de su hija María Nélida, y Haydee se dedicó a la militancia en Madres".
La titular de Madres de Plaza de Mayo explicó que Ramírez Abella "nunca dejó a nadie de a pie. Él siempre tenía más tiempo para los demás. Él y mi marido eran los que llevaban a las madres a todos lados. Carlos siempre decía 'si uno tiene auto hay que llevar a todas hasta la casa, nada de dejarlas en la esquina o que tomen un micro'. Carlos era el padre más madre. Él jamás discutió lo que hacíamos, siempre nos acompañó. Fue impresionante todo lo que hizo y una no se puede olvidar de esas cosas. Junto a Haydee, fueron personas muy generosas y muy comprometidas".
Para finalizar, Hebe analizó la actualidad política del país: "está muy difícil la situación, muy compleja. El presidente está haciendo cosas que no debe y cada vez peor. Yo estoy muy enojada con él. Cada vez veo más gente con hambre, más gente que no come. A Feletti -Secretario de Comercio de la Nación- lo quiero mucho y sé que se está rompiendo el alma pero no va a poder porque él primero negocia con los poderosos y les paga el sueldo -que no tenía que pagarle- a los trabajadores de semejantes empresas, y ahora esas empresas le dan la espalda y dicen que no va a haber alimentos; es una locura. Los tipos se sienten dueños de todo, se apoderaron de todo y hacen lo que quieren. Si no rompemos con eso y no tomamos la decisión de no pagar la deuda, porque es la deuda de un robo, cada vez estaremos más embarrados".