El proyecto aprobado por el Senado de la nación en octubre del 2020 continuará su debate en la cámara baja, luego de que semanas atrás, el oficialismo no logró quórum dado que los legisladores/as de Juntos por el Cambio no asistieron a la sesión.
Se busca fundamentalmente que el debate trascienda la agenda legislativa actual y se instale como un problema de Salud pública.
Según indicó Ignacio Porras, Licenciado en Nutrición, "el etiquetado frontal es un primer paso para discriminar de los alimentos que nos conviene comer de los que no, por sus excesos en nutrientes crítico".
Asímismo, destacó que del proyecto se desprenden "una serie de regulaciones que van buscando mejorar los entornos" puesto que "con la educación se vió que no alcanza". De este modo, agregó que "los entornos terminan modificando los comportamientos".
Según explicó, la ley "prohíbe la publicidad destinado a niños, niñas, o adolescentes" o recurrir al aval de médicos reconocidos como estrategia de venta o marketing.
Por último, subrayó que "es una ley libre de conflicto de intereses, es decir que no fue financiada por la industria alimentaria", entonces "es una política pública en salud, por lo que va a regular la industria alimentaria".