La doctora en historia Florencia Calzón presentó su libro Más allá de la Estrella. Nuevas miradas sobre Hugo del Carril, que escribió junto a la investigadora Daniela Kozak. Afirmó que el artista “fue una figura muy versátil y bastante atípica en la cultura argentina debido a que primero fue cantor de tango en radio y luego pasó al cine, donde se transformó en un galán. A fines de los 40 estrenó su primera película como director, Historia del novecientos, en la que cantaba, actuaba y dirigía, y que tuvo bastante buena recepción”.
Por Radio Provincia, precisó que tras la muerte de Carlos Gardel en 1935, Del Carril se instaló “como su sucesor en el mundo del espectáculo” y aseguró que para ese momento “ya era una figura muy reconocida”. “Había filmado para los principales estudios, salía en las revistas y estaba muy instalado en la cultura de masas”, enfatizó, y recordó que “el mismo año que estrenó su primera película como director interpretó la marcha peronista, lo que le trajo más problemas que beneficios”, por cuanto si bien “era ampliamente aceptado en el mundo de la cultura, con la marcha se puso mucha gente en contra”. La historiadora aseguró que Del Carril también tuvo inconvenientes al interior del peronismo y señaló que el secretario de Medios de Perón, Raúl Apold, “lo persiguió porque hizo su película más famosa (Las aguas bajan turbias) en base al guión de un comunista que estaba preso”, lo que “habla de su independencia para elegir sus propios proyectos creativos”. Asimismo, recordó que después del golpe del 55 estuvo preso algunos meses por la Revolución Fusiladora.
Calzón indicó que “este libro se propone analizar la figura de Del Carril con algunas perspectivas nuevas que surgieron en el estudio de la historia del arte en el último tiempo y buscamos integrarlo a los estudios de masas a partir de nuevas preguntas”. Además, apuntó que “la idea que ronda este libro es que no recibió el reconocimiento que merecía, ya que reunió el gusto popular y logró tener prestigio artístico, incluso el cine le adjudicó valor a lo que hacía desde lo estético. Sin embargo, esa valoración llegó después de su muerte”.
Por último, la escritora manifestó que Del Carril “era una figura popular que tenía compromiso con el pueblo. Como cantor de tango y figura del cine industrial buscaba llegar al gran público. Tenía la aspiración de ser popular, de ser entendido, pero a la vez tenía una mirada propia. Tuvo una obra amplia”.