El jefe de terapia intensiva del sanatorio Otamendi y miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, Arnaldo Dubin reflexionó sobre la nueva situación sanitaria y aclaró que pese a que “se rompió la tendencia definida a la baja de los casos, afortunadamente los números son bajos”.
En Siete Colores, el intensivista analizó que hoy “las restricciones prácticamente no existen, están permitidos los actos masivos, están abiertos los estadios de fútbol, y esto genera más riesgos de contagio. Toda apertura implica un riesgo, pero esto está dentro de una lógica que es la mejoría de la situación epidemiológica”.
Además, Dubin destacó que si bien “hace tres semanas que se rompió la tendencia definida a la disminución de los casos -y hoy tenemos más contagios que hace 3 o 4 semanas- las internaciones son pocas, porque han bajado sustancialmente”.
“Afortunadamente los números son bajos, no es una situación que alarme. No van a ocurrir situaciones de zozobra como las que vivimos. Pero, claramente la pandemia no terminó” advirtió el especialista en terapia intensiva.
En ese marco, Dubin destacó la importancia de “reforzar la idea de que la vacunación no sólo es una herramienta eficaz y segura; sino que además es una estrategia que protege a la sociedad en su conjunto” y destacó que “el Gobierno Nacional ha dado pautas muy lógicas” en esta materia.
“Ahora todo dependerá de la disponibilidad de las vacunas. Pero las cosas se están haciendo muy seriamente. Creo que el esfuerzo actual es convencer a los que no se han vacunado para hacerlo. Sin embargo, estamos en un camino más que correcto” aseguró.
Finalmente, Dubin reiteró la alerta sobre la situación estructural que vive el sector: “El personal de salud quedó en pésimo estado. Estamos mal. No sólo por las secuelas de la pandemia sino por las condiciones estructurales: las condiciones de trabajo, los sueldos. La deuda con los trabajadores de la salud no ha sido saldada”.
Y advirtió: “Hay muchos profesionales que han dejado o han expresado su deseo de dejar la Terapia Intensiva por la sobrecarga que implica el trabajo. Durante la pandemia quedaron muchos cargos sin ocupar y no hay una motivación para que se tome la Terapia Intensiva en el pregrado. Hay que motivar a los estudiantes”.
“Hoy la Terapia Intensiva no se enseña en la Facultad. Sin embargo, hace ya más de un año, que presentamos, en la Facultad de Ciencias Medicina de la UNLP, un proyecto para crear una cátedra de Terapia Intensiva, porque en esa casa de altos estudios ya hay investigaciones de grado, de postgrado y trabajos de extensión… Es decir que allí se evidencia que no solamente es una necesidad de la Salud Pública, sino que también que están las condiciones para generarla. Y en la próxima reunión de Consejo Directivo de esa Casa de Altos Estudios se va a discutir este proyecto” relató Dubín y concluyó: “Nosotros creemos que este puede ser un pequeño paso que puede ayudar a la resolución de este déficit tan importante de la salud pública. Esto puede llevar a poder saldar esa deuda”.