La historiadora e investigadora del Conicet, Isabella Cosse, habló sobre el libro “Políticas de Infancia en la Argentina Contemporánea 1880-1970”, del cual es una de las autoras. Se trata de un dossier que se organiza bajo la égida de las políticas para la infancia en el país desde la conformación del Estado nacional hasta antes de la última dictadura cívico-militar, y traduce la amplitud de miradas bajo la que se escrutó a las infancias.
En declaraciones a Radio Provincia, Cosse dijo que “hemos volcado nuestra preocupación por entender las jerarquías de clase, de género y de edad en la sociedad Argentina y lo hemos hecho a partir de la familia y la infancia como instituciones porque ofrecen una aproximación extraordinariamente rica que nos permite salir de los lugares comunes para pensar la historia Argentina en función de la posibilidad de una sociedad armónica, en desarrollo, de creciente mejoras o del opuesto en cuanto a que la Argentina ha ido agravando sus jerarquías sociales”.
Por el contrario, señaló que “nosotros creemos que es necesaria una visión problemática que exprese las complejidades de la construcción de las jerarquías” y, en ese sentido, explicó que “nos preocupa entender la relación entre las familias y las experiencias infantiles, y la construcción de jerarquías de clase, de edad, las maneras de entender las diferencias entre niños y adultos, y muy especialmente las jerarquías de género”. La hipótesis está basada en que “las profundas jerarquías sociales que tiene la argentina se refuerzan y también se disputan en relación con las dinámicas familiares y las dinámicas con las experiencias infantiles”.
La investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA manifestó que “la familia constituyó una dimensión clave del poder del Estado” y agregó que “hay cierta visión normativa de la familia, con desigualdad de género, que fue consustancial al Estado patriarcal” debido a que “excluyó a las mujeres de la esfera pública e incluso les negó derechos políticos y civiles, y a la vez las remitió a la esfera familiar y privada”.
Cosse apuntó que “las luchas que se dan en los espacios de las propias prácticas sociales no se producen solamente en la esfera política más convencional sino también en los partidos políticos, en el Congreso y en las prácticas de las personas organizadas o de manera individual”. Por lo tanto, consignó que “pensamos estas dinámicas sociales que suponen jerarquizaciones en disputas en las que los sujetos que intervienen tienen una cierta capacidad muy variable de acuerdo a la posición social”. Asimismo, sostuvo que “pensamos estas dinámicas conflictivas a nivel capilar a partir de la relación de los sujetos con el Estado y los medios de comunicación concebidos como una esfera cultural en la cual el público tiene intervención en el sentido de que refractan sus contenidos”. La historiadora recalcó que el Estado y los medios son “espacios de contiendan sobre los sentidos adjudicados a la relación entre la familia y la niñez, y las jerarquías sociales que implica pensar las desigualdades de género, de clase y de edad”.
Por último, Cosse indicó que en el libro “buscamos dar cuenta de forma activa de la existencia de muy diversos arreglos y formas familiares, y que estas diferencias en las formas de vivir de los chicos de las clases populares, clases medias o clases altas han sido fuertemente construidas e intervenidas por acciones del Estado y de los medios de comunicación”.