El crítico, docente y divulgador de cine, Fernando Martín Peña, reclamó la constitución de una “cinemateca nacional que se ocupe de nuestro patrimonio”. El descubridor de películas perdidas sostuvo que “junto con México y Brasil tenemos las industrias más diversas y prolíferas de cine que ha habido en la región, pero México tiene menos de 10 películas perdidas y nosotros más del 50 por ciento del cine sonoro”. En declaraciones a Radio Provincia sostuvo que “mucho de ese 50 por ciento sólo existe en copias positivas en 16mm, es decir, no está el negativo”, mientras que “el cine mudo se ha perdido casi en su totalidad cuando se han hecho más de 200 largometrajes argumentales y muchísimos noticieros”. En ese marco, aseguró que “es tremendo el daño que se ha producido por la falta de una política consistente y sostenida en el tiempo relativa a la preservación audiovisual”.
Peña manifestó que “esto no es culpa de ningún gobierno en particular pero sí de todos en general”, y expresó que “el comienzo lógico (del resguardo) tendría que haber sido en 1947 cuando el primer peronismo empieza a apoyar económicamente a la industria del cine. Pero ese apoyo se dio sólo en el área de producción y nunca en preservar aquello en lo que el Estado estaba colaborando a producir”. Además, apuntó que “cuando se creó el Instituto Nacional de Cine en 1957 se trató de subsanar esta situación”, ya que en su constitución “contemplaba la construcción de una cinemateca, pero nunca lo hizo”. Más tarde, en 1994, Pino Solanas empezó a trabajar en una ley para crear el CINAIN, texto en el que Peña colaboró. “La norma se sancionó en el ‘99 y la implementó Cristina Fernández 11 años después pero nunca se puso en marcha el organismo”, recordó. Y agregó que “luego el macrismo anunció que lo iba a poner en funcionamiento pero no sólo no lo hizo sino que además dejó que se cerrara el último laboratorio fotoquímico que quedaba en la Argentina, sin el cual no podés hacer un duplicado fílmico de una copia original”.
Peña consideró que “en el país tenemos un problema general con la memoria, por eso nos tropezamos varias veces con el mismo cascote y en el caso de los archivos se ve claramente”. En tal aspecto, consignó que “entre el 2010 y 2015 varios archivos relativos a lo audiovisual mejoraron muchísimo. Tristán Bauer hizo un avance extraordinario con el material que guardaba la TV Pública”. Sin embargo, enfatizó que “falta la cinemateca que centralice políticas federales porque hay varios archivos del país que necesitan apoyo. Sin recursos no se pueden hacer copias ni construir las cosas adecuadamente”.
Por último, reveló que “está lleno de copias únicas que se están perdiendo y no se pueden duplicar. Lo único que se puede hacer es un transfer digital que es como un fantasma porque ni sirve para la preservación a largo plazo”.