El profesor de Filosofía de la Universidad de Barcelona, Antonio Gómez Villar, se refirió a la presentación del libro "Maradona, un mito plebeyo", de la editorial Cactus, que lo tiene como compilador de artículos de 45 especialistas de distintas disciplinas. “Fuera de la idea de la neutralidad del investigador, está escrito desde el afecto, la herida, el dolor, la memoria, la evocación, el recuerdo” afirmó.
En declaraciones a Radio Provincia manifestó que la idea de reunir esos textos surgió luego de observar que en el funeral del astro “no había una masa embrutecida”, si no que por el contrario “nos supimos en una época carente de mitos que expresen lo plebeyo”. El filósofo opinó que “en la actualidad hay dificultades para volver pensar en esos dispositivos simbólicos, esas formas culturales que siempre han creado significados y símbolos” que representaba Diego y que “de alguna manera se concreta en dos imágenes históricas: la mano de Maradona, pícara, excesiva, que desborda en el gol ante Inglaterra; y el uso del VAR que imposibilitaría que volviera a suceder tal acontecimiento”.
Además, Gómez Villar indicó que “con la muerte de Diego hubo un ruido cancelador, de altanería moral, con tintes eurocéntricos que eclipsaba una serie de reflexiones que estaban atendiendo desde un punto de vista contradictorio. A qué tipo de potencia enterraba esa figura mítica”, indagó.
Respecto del título de la obra, el compilador dijo que se trata de “una hipótesis que se inspira colectivamente, una hipótesis que tiene que ver con dar cuerpo a un campo político plebeyo muy amplio y heterogéneo porque Diego nos convocaba a una dimensión universal”. Asimismo, apuntó que “un mito es lo que funda una verdad, es un soporte para expresar los afectos compartidos de una comunidad”, por cuanto “Diego pertenece a la esfera de la imaginación pero no es una fantasía. Es una materia ensoñada. Hay cuerpos que nos encarnan, y lo plebeyo va más allá del bien y del mal”.
Por último, se refirió a las opiniones de los colectivos feministas que también se expresan en el libro. Al respecto, planteó que “si por parte de los sectores emancipadores privilegiamos una estrategia política que nos convierta en una mera máquina moralista, en una potencia enjuiciadora, en un régimen punitivo de los afectos, al final se corre el riesgo de que el privilegio otorgado a la censura moral termine desactivando aquello que podría tener componentes subversivos”.