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“El tipo que se nutre de chuparle las medias al poder, no puede ser un artista”, aseveró el Indio Solari en una entrevista exclusiva que le dio a Marcelo Figueras en su programa Plegarias Atenidas, que se emite por Radio Provincia.
El músico argentino, fundador del mítico grupo Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, habló de su trayectoria, de política, de este momento singular del mundo azolado por la pandemia y, con la agudeza que lo caracteriza, aseguró: “Se está yendo todo al carajo”.
En ese marco, ironizó sobre su aparición en la Radio Pública: “este programa será prueba de que estoy vivo”, en alusión a las exigencias de algunos para que se muestre públicamente.
El Indio admitió que tiene “experiencia” en la cuarentena, por lo que “la pandemia no me modificó en nada. Quizá solo me privó del cenáculo, esas cosas que hacíamos cuando conversábamos en un restaurante a quince cuadras. Lo que me modificó, no sé por qué, es la progresiva necesidad de hacer cosas: he estado dibujando, escribiendo, haciendo maquetas, a la espera de poder canalizar todo eso en algo”.
En relación a la proliferación del Covid, sostuvo que “hay una gran zozobra porque el mundo todo se está yendo al carajo y esto no era tan difícil de predecir” y por eso “hay que preocuparse por lo que pasa en todo el bosque, no en el arbolito donde estás haciendo el asado”.
Cuestionó con dureza a los que instalan “disparates e ideas alocadas” con el sólo fin de oponerse al gobierno: “esa gente me preocupa porque es la que ha desobedecido toda consigna médica y científica y las cifras se van al carajo inmediatamente cuando aparecen esas fiestas clandestinas y demás. Esa parte de la sociedad es incomprensible para mí (…) creo que hay mala leche. Ya sabemos entre una marcha y otra la diferencia que hay: unos van cantando con los nenes en los hombros y los otros están diciendo que me muera yo, que se muera Cristina o que se mueran todos los que empiezan con K”.
En esa línea, el Indio advirtió sobre la ingenuidad de muchos respecto de los intereses que se disputan el mundo. “Usamos la palabra distopía, que siempre luce metida en alguna oración. Lo que ignora la gente (…) es la lucha entre universidades, entre laboratorios, la pugna por los medicamentos. Las empresas farmacológicas no están a favor de curar todas las enfermedades, porque tienen que tener al menos tiempo de transferir sus capitales a otro tipo de cosas que no están muy claras en este momento. Probablemente sea el agua, no sé, esas cosas que pensamos que van a ser muy valiosas mañana si esta tumoración que somos los seres humanos sigue avanzando”.
El hiperconsumo, las lógicas del mundo actual, están arrasando con el planeta, afirmó el artista, al recalcar una de las temáticas que más lo desvelan: el cuidado del medio ambiente. En ese sentido, advirtió que “la clase media y la clase media alta que quiere tener todas las pelotudeces de plástico que ven”, pero si esos hábitos se arraigan en todos los continentes, “la cuestión ecológica se va a la mierda”. De hecho, “en Corea y China hay lugares que son casi del futuro”.
“En esta sociedad del brillo, mediática, todo el mundo quiere lucir, pero ya nadie puede tener ni siquiera 15 minutos de fama porque hoy todo el mundo es artista. Sinceramente estoy muy preocupado por el horror que puede sobrevenir ahora. Estados Unidos se está cayendo a pedazos y -como toda caída de un imperio-, levantará mucha polvareda. Ya no les da el cuero para ser el gendarme del mundo, sí les da para amenazar. En Estados Unidos, cada vez que la gente ve una bolsa negra de plástico está todo mal. Un día van a aparecer con sus aparatos y van a decir: o se portan bien o no queda nada”.
Otra de las cuestiones de este momento histórico que el entrevistado analizó, tiene que ver con la presunta “autoridad” que muchos se arrogan para instalar sus verdades. “Antes una certeza duraba unos años, hoy se fueron al carajo. Todo el mundo tiene una especie de autoridad para discutir, miro los noticieros y no puedo creer, los tipos dicen todo lo que creen ellos y hablan más que el entrevistado y dicen: esto es así (…) Yo no discuto con la gente para tener la razón, pongo a prueba al otro y si me da una razón superior, bienvenida sea, la agarro. Si tengo una opinión sobre algo, pero otro dice algo que me convence, es ridículo seguir la discusión porque sí. Y eso es lo que hace el hombre común, que llamo a aquel que nunca ha intentado comprender más allá del sentido común de la sociedad. ¿Qué es el sentido común de la sociedad? El mío no es, porque yo tengo pocos aliados en mi manera de comprender la vida, no digo que eso sea específico mío, le debe pasar a otros”.
Un tanto pesimista sobre el destino del mundo, el Indio manifestó: “creo que está todo para la mierda y no sólo acá, porque cuando es una cosa de acá, sabemos que en algún momento se va a solucionar, matamos unos cuantos, como es nuestro estilo inconfundible. Pero no, ahora está todo mal y cuando está todo mal, no sólo los estados se vuelven egoístas, sino que también las personas. Y se vuelven egoístas porque tienen miedo. El miedo es engendrador de conductas miserables (…) De alguna manera va a sobrevivir algo o alguien, pero va a haber horror, cuando el agua empiece a ser más importante que el petróleo”, por ejemplo.
En relación a las posibilidades que tiene la política para transformar el statu quo, reconoció que el problema de la clase dirigente “es que ven a la rosca como algo básico. Se jactan de tener logros políticos engañando y yendo por atrás, es todo una joda. No hay una política franca que se proponga solucionar esto. Basta con mirar lo que pasa en la capital del imperio, donde el presidente (Trump) está diciendo que le hicieron fraude a él, es lo que dice siempre la derecha cuando no tiene caudal. Menos mal que Argentina tiene al peronismo en el medio del sándwich entre el comunismo o la izquierda y los poderosos. El arma que tiene el peronismo es ganar las elecciones por cantidad porque son más los que no tienen que los que tienen, por eso ganan, si hay fraude no lo va a hacer el peronismo”.
“Estoy muy enojado con eso, los problemas que tengo yo sin independientes de si vivo bien o no, no estoy vinculado a la gente que se preocupa porque bajó el krugerrand en la Argentina o porque subió el asado, estoy tratando de ver qué pasa con el mundo todo, porque estamos tan vinculados, que no podés desestimar lo que pasa en la capital del imperio, en Europa o China porque (…) un día va a aparecer una nube verde en el horizonte que nadie había tomado en cuenta”, acotó el Indio y advirtió que “no tenemos un organismo internacional que funcione en condiciones apropiadas y no he visto nunca que termine bien algo que empieza con una rosca. ¿Cuánto dura el liderazgo? Vos sabés que a mi la señora (Cristina) me cae bien, pero a veces temo que corra peligro, porque es la única que dice: si tenés miedo, andá a laburar de otra cosa, andá a laburar a Uber, qué se yo”.
El cantante, cuya obra signó a varias generaciones, también cuestionó el hecho de que “ninguno de los grupos que toman el gobierno enjuicia a los demás que hicieron cagadas. Yo pensé que esta gente iba a subir e iba a decir: bueno, señor, venga para acá, pero no, me hace pagar a mi o a vos. Hay que entender que montón de gente no declara un carajo. Yo paso a ser millonario acá, porque los millonarios no declaran, entonces, me sacan a mi o a vos como siempre. A los tipos que se amotinan en el country no le quitan el coche, porque el tipo que está haciendo la acción policíaca, piensa: capaz que éste es amigo del juez y me van a romper el ojete y cuando querés acordar es un privilegiado de macho nomás. Y uno anda con el culo a dos manos tratando de no hacer cagadas, en el caso mío para que mi nombre no funcione de otra manera que como quiero yo: con dignidad”.
La falta de conciencia de mucha gente respecto de su propia responsabilidad sobre la marcha del mundo, es uno de los problemas contemporáneos, según el Indio. En ese sentido, consideró que “al tipo de clase media que no le gusta viajar en el mismo charter que la morocha, sólo piensa en ir a Punta del Este, no tienen una vida pensante como la tuya o la mía que nos dedicamos a eso y nada más. Esos se dedicaron a otra cosa, son tipos de una ignorancia supina que generan muchachitos como estos rugbiers, que están acostumbrados a arrasar, van a los discotecas y le pegan a todo el mundo”.
Sobre su salud, admitió que “lo que tengo es molesto y doloroso, pero el otro día pensaba lo que debe ser para el tipo que tiene lo mismo que yo, que no tiene guita para comprar los medicamentos o que no tiene kinesiología. Debes tener ganas de tirarte abajo del tren, porque es insoportable, te aparta de la vida. Afortunadamente las cosas que hago tienen la particularidad de usar el cerebro para imaginar y estoy abstraído en mis cosas, pero imagino que para las personas que no tuvieron otra opción que agarrar el cucharín, debe ser un infierno”.
En relación a las posibilidades vedadas para mucha gente, de acceder a derechos básicos, el Indio recordó “los cuatro años que pasaron” en la política nacional. “La memoria de la gente es rara. Pensando en el gobierno anterior, ¿cómo hacés para ver que cada vez que vienen desembarcan a afanar todo lo que pueden y ahora están recorriendo el mundo y nadie les dice que vengan? Espero que pase cuanto antes porque se robaron el país, son fortunas internacionales que no están más acá, dinero que está en el exterior. Si la pandemia nos tocaba hace dos años moríamos todos, porque es el espíritu de esa gente. Se dicen libertarios, pero es una locura que lo digan”.
En otro orden, señaló que “desconfiar de la ciencia rusa es realmente un atrevimiento” y criticó la arrogancia de quienes se adjudican la verdad: “hay momentos en que no sabés si es un sainete: te despertás y a las 7 de la mañana dicen una cosa, al rato dicen otra, después viene una doctora y explicó algo está todo mal lo que dijo otra y que la vacuna rusa… ¿Alguien preguntó alguna vez de dónde venían otras vacunas que nos pusimos?
En relación a su vida, de la que tantos misterios se esgrimen sin fundamento alguno, el Indio remarcó que “el tipo que se nutre de chuparle las medias al poder, no puede ser un artista, por eso me jode cuando hablan de que yo tengo dinero. Sí, tengo dinero, porque un artista independiente tiene que poder resistir los embates del poder y el poder te quiere comprar, pero yo le pongo tal cantidad de ceros que nunca me los van a dar”. Se calificó como “agnóstico”, aunque reconoció que “le doy a la vida un carácter maravilloso, es una gloria que me excede pero no puedo dejar de estar conmovido por eso y veo que la gente pasa la vida boludeando, sin cuestionarse nada. Se va la vida y el tipo, lo único que hizo, fue ir a la cancha el domingo. Qué se yo, me parece un desprecio por una ofrenda que nos hicieron. La fe no se puede programar, es el resultado de un montón de cosas que resolvés que te hacen creer que puede pasar algo. Fui escéptico muy temprano, he tenido períodos mejores, pero ahora estoy en una circunstancia viendo el mundo acechado por un peligro muy grande”.
Ante este escenario, “lo que te queda es cantar, porque creo que ya no es un problema de ideologías o ideales, porque los ideales se dicen con facilidad y la ideología hace que la rosca exista. Creo que habría que empezar a pensar en virtudes, no es tan difícil, todo el mundo sabe lo que es ser honesto o compasivo. Hay pocas personas que se ponen contentas con el éxito de un amigo. A las que les pasa eso, las atesoro”.
El Indio habló también de los jóvenes y afirmó: “ellos son los héroes, pero no tienen acceso a un carajo”. Agregó que “primero hay que hacer la rebelión y después aprender de ella. No se puede ensayar mucho la rebelión y los jóvenes tienen ese deber. Hoy todo el mundo está asustado porque los chicos no leen, porque escriben de otra manera, porque no le dan bola a la cultura, pero ellos saben que la cultura no les va a alcanzar. Los jóvenes son heroicos cada vez más chicos (…) tienen en sus nervios más información del futuro que la que tenemos nosotros”.
Sobre sus planes artísticos, Carlos Alberto Solari, el Indio, indicó que “siempre hay que pensar en proyectos, a esta altura creo que es un deber que me entusiasma, como formar parte de una tropa libertaria. Es imposible negar que cuando uno tiene más de 70 años, la muerte es la gran aventura que tiene por correr. Para mí, a la vida hay que vivirla y a la muerte hay que morirla. A la muerte la trato como en las canciones, si hubiera venido con una pollera floreada por ahí agarraba viaje. La tomo así, naciste y el otro gran paso es morirte, entonces, lo demás empieza a ser secundario, empiezo a perder interés en muchas cosas porque el disco duro no da para todo y no está tan duro. El asunto empieza a aparecer sesgadamente, muy presente, pero tengo proyectos. Es improbable que me vuelva a subir a un escenario, lo que sí voy a hacer es un streaming en 2021. Además, estoy por sacar el libro de historietas con letras ilustradas y quiero hacer otra exposición de cuadros”.
“Yo puedo darme el lujo de hacer lo que tengo ganas, pero no es la realidad de los demás. Yo tuve una chance, compré el boleto y me gané este lujo. Nadie puede decir nada de mi manera de agenciarme una buena vida porque no jodí a nadie, no cagué a nadie. Hice música, la vendí y viví de eso, todo el mundo sabe cómo hice mi dinero y la AFIP sabe dónde lo tengo: lo tengo en el país, no afuera”, enfatizó.
Por último, el entrañable Indio, dijo que está “enamorado” de Los fundamentalistas del aire acondicionado: “se me cae la baba, yo insistí en que siguieran, sobre todo porque la idea era no reemplazarme a mí porque eso siempre hincha las pelotas a la gente. Son muy buenos músicos, se supone que van a seguir tocando repertorio mío, pero yo les digo que también pongan repertorio de ellos. Se llevan muy bien, estoy muy contento, creo que tienen el espíritu que yo sembré porque se respetan entre ellos, respetan la música, la lírica, me respetan a mí y eso está bueno para cuando hacés cosas en común con otra gente”.