El director de Adolescencias y Juventudes del ministerio de Salud de la Nación, Juan Carlos Escobar, se refirió a los resultados de la investigación que llevaron a cabo, denominada “Construcción de Masculinidades y su relación con la salud integral en adolescentes varones escolarizados en cuatro regiones de Argentina”.
El trabajo se realizó con el objetivo de indagar los imaginarios de los varones adolescentes en relación a la construcción de sus masculinidades, identificando el vínculo entre vulnerabilidades y las prácticas de su vida cotidiana que generan un impacto en su salud integral y en su interacción con el sistema de salud, explicó el funcionario.
En ese marco, consignó que “el 70% de los jóvenes fallece por accidentes viales, suicidios y homicidios en tercer lugar”, lo que indica que “el modo de asumir las formas de ser varón implican un grave riesgo para la vida de los pibes y las pibas”.
En diálogo con Superlógica, destacó que “hay un mandato de la autosuficiencia, esta cuestión de que los pibes no lloran. A pesar de que hay discursos más progresistas, todavía sigue estando” y, por ejemplo, “los varones no van al sistema de salud porque se asocia a las mujeres, a los ancianos o a los débiles”.
Escobar consideró que “hay una gran responsabilidad del sistema de salud que refuerza los mandatos, el sistema tiene un gran dispositivo de control sobre el cuerpo de las mujeres”. En ese aspecto, indicó que “en materia de anticoncepción hay poca oferta para los varones”.
Seguido, remarcó que “el año pasado se creó el Consejo Asesor de Salud Adolescente y Juvenil y elaboramos un diagnóstico federal de situaciones sobre violencia, consumo, género y salud mental desde la voz de los pibes”. Se observa que “una de las mayores demandas tiene que ver con la respuesta a temas de salud mental en contexto de pandemia y de salud sexual integral”.
El entrevistado señaló que “los mandatos que se describieron en la década del 80 siguen vigentes y corresponden con ciertos privilegios que los varones tenemos”. Además, remarcó que “los costos de la masculinidad tienen que ver con ciertos privilegios que tenemos como el manejo del dinero, del tiempo libre, mayores permisos. Tomamos alcohol y manejamos un auto, después vienen las consecuencias, también para las mujeres”.
Escobar aseguró que los resultados del trabajo revelan que “hay un gran vacío en la formación sobre temas vinculados a géneros y mucho más en masculinidades”.