El médico deportólogo y cardiólogo Norberto Debagg, consideró que el aumento exponencial de casos entre los deportistas tiene que ver con la distención de los cuidados. "La realidad, el más que menos, se relajó. El pico se produjo por las reuniones de fin de año, la concurrencia a fiestas en lugares cerrados".
Sobre las medidas que se debieran adoptar para que no siga la propagación, habló de un par de cuidados a los que se debería volver en el caso de los equipos de fútbol. "Todos lo que están en pretemporada tienen que hisoparse antes, deberían estar lo menos posible en los vestuarios y hasta tendrían que venir vestidos desde la casa, no compartir mate y espacios cerrados".
Debagg hizo hincapié en algo que le parece importante: "El pasaporte sanitario debería exigirse cada vez más y que sea extensivo del primero al último que trabaje en una cancha de fútbol".
De todos modos, es optimista con respecto a la cepa Ómicron: "Esta cepa no es tan agresiva para aquellos que están vacunados y además tiene un período de recuperación corto. Si bien el número de casos es superior hay menos muertes. Los internados son aquellos que no están vacunados o tienen una dosis", agregó.
También quiso dejar en claro que la mayoría de los jugadores están vacunados: "En los equipos que yo conozco se vacunan porque los deportistas no quieren perderse de nada, de lo contrario podrían perder el puesto y hasta el contrato".
Para el Dr. Debagg, el pico de los contagios será más adelante. Indicó que "en el mundo médico se habla de un pico entre febrero y marzo, luego de las vacaciones y de darse un confinamiento creo que con una semana o diez días debiera ser suficiente para cortar el ciclo de contagios".
Por último, reflexionó "si todo el mundo estuviera vacunado se cortaría el ciclo de transmisibilidad del virus y su posibilidad de replicarse".