Butierrez explicó que "Argentina está entre los primeros países del mundo en sumarse a esta política de atender a la problemática de la cuestión trans" sin embargo resaltó que "es un acto violento que se pregunte respecto a nuestra genitalidad, es lo que duele de esa pregunta".
De este modo, Butierrez aclaró que "el problema es que los datos estadísticos no van a reflejar la realidad de esa población trans".
Y recordó que "hay una potencia muy grande en la herramienta estadística y hay que encontrar una manera de aprovechar este capital político que nos puede generar la realización de este censo".
En cuanto a la implementación Butierrez, reconoció que "no es la mejor, el Indec está a tiempo de corregir y buscar personas capacitadas que los asesore y les permita solucionar y salvar estos inconvenientes".
A su vez, destacó que "es el primer censo en Argentina, pero también de la región que va registrar la identidad de género. Va a ser una desafío interesante ver cuáles son los resultados de esa decisión política de tomar una estadísticas de las personas trans”.
Butierrez, antropóloga y activista trans reconoció que "existen muy pocas estadísticas de la condición y situación de las personas trans. Es una deuda pendiente que va poder establecer parámetros más claros de hacia dónde tienen que ir las políticas públicas para nuestra población”.
En cuanto a las modalidades, tanto digital como presencial, es importante destacar que la encuesta se realice en un marco de respeto y confianza. En ese sentido, Butierrez indicó que “sobre la capacitación, no tengo información de cómo está llevando adelante el Indec y la coordinación con el resto de los ministerios, recordemos que tenemos un ministerio de Mujeres, géneros y diversidad, que deberían estar tomando parte de cómo se va a realizar el operativo censal”.
Por otro lado, Butierrez agregó que "las preguntas que se realizan conllevan la opción sexo-genero y la opción binaria, “me parece importante señalar que la construcción de la herramienta estadística para el Censo es un desafío muy grande en términos metodológicos, y compromete unos saberes muy específicos de las personas que se dedican las metodologías cuantitativas”.
El Censo 2022 según la entrevistada "tiene que contemplar al mismo tiempo las modificaciones que se van expresando en la sociedad y tiene que dar cuenta de una continuidad histórica de los datos. A veces se dice: por que no contempla las identidades no binarias después de la sanción del decreto”.
En ese sentido, indicó: "lo que sucede es que históricamente, desde que se realiza el censo las variables para medir sexo ha sido masculino y femenino, y sobre esa variable construyen todos los gráficos y las infografías de lo que vemos cuando se presentan los datos".
Entonces, "introducir una nueva variable dentro de la instrumento del censo, implica cambiar todo el paradigma y se debe hacer de modo progresivo. De alguna manera el censo sigue reproduciendo esa estructura binaria, porque va seguir preguntando el sexo asignado la nacer, solo que va a incluir la autopercepción identitaria".
Por ello, Butierrez explicó que “es una situación violenta que se nos pregunte sobre nuestro sexo biológico asignado al nacer y sobretodo al inicio del cuestionario, (...) y la pregunta respecto al genero esta al final del instrumento, por eso trae algunas dificultades”.
Por último, estimó que "existe todo un andamiaje jurídico que sostiene toda esa idea de que Argentina es un país de avanzada en derechos para el colectivo LGBT+ y lo cierto es que si bien existen leyes que establecen que tenemos esos derechos, muy pocas veces son accesibles en lo real, como hacer un documento que implica mucho sacrificio emocional".