La especialista indicó que para evitar el contacto con estas microalgas, la Mesa Interinstitucional de las Cianobacterias, creó el ciano-semáforo "para que la gente sepa cuándo se puede meter al agua. Es una alerta que se da a la población de acuerdo a cómo va evolucionando la floración".
En cuanto a los microroganismos, destacó que "se trata de microalgas que guardan características similares a las bacterias y tienen características que también comparten con las algas. Están hace millones de años en la tierra, son los primeros que produjeron oxígeno atmosférico" explicó.
A su vez recordó que "las cianobacterias han desarrollado estrategias para adaptarse a distintos ecosistemas", por ello "todo lo que sean ambientes enriquecidos con materia orgánica, condiciones como la que estamos pasando como el periodo climático de la Niña, las hace más competitivas y se desarrollan como las estamos viendo".
Frente a los recaudos, la especialista alertó que “si bien son parte de los ecosistemas naturalmente los encontramos, el tema es cuando se desvían alguna cepa y generan toxinas, que son las que hay que prestarle atención". Estas "son las alertas que se están dando porque pueden generar problemas para la salud humana y para la fauna silvestre”.
Por último, Nora Gómez enfatizó que este fenómeno "vino para quedarse", por lo que hay que "pensar en las formas de mitigar los efectos como la regulación de la temperatura de las aguas y a nivel local, controlar el aporte de nutrientes, con plantas de tratamiento y educación ambiental”.