Luciano Luterau, psicoanalista, doctor en Filosofía y Psicología autor del libro “Adiós al Matrimonio, parejas en busca de nuevos compromisos” aseguró que el fin de la institución como reguladora “del vínculo amoroso” no tiene nada que ver con la inexistencia del “compromiso” en los parejas.
En No Corras, por FM 97 UNE el escritor detalló: “El libro marca que el matrimonio dejó de ser la institución obligatoria para regular los vínculos amorosos. Pero eso no quiere decir que la gente no se siga casando, o que el matrimonio haya perdido vigencia, sino que cambió en buena medida su sentido”.
“Por un lado, dejamos de pensar al matrimonio como una promesa de amor para toda la vida. Y por otro, la institución no está planteada estrictamente como la consolidación de una familia, para legar bienes a los hijos, otro de los sentidos en otro momento” señaló.
Además, relató que el matrimonio como institución que tiene más de 200 años de historia nace como “puntal de la reproducción de la sociedad burguesa. Sin embargo, hoy dejamos de pensarnos desde ese tipo de relación”.
Asimismo, Luterau aclaró que “hoy decir ‘Adiós al Matrimonio’ no es decir adiós al compromiso o a las parejas formales, sino que lo que indica es que cambiaron las condiciones de la formalidad porque hay un abanico mucho más amplio de formas de cómo vincularnos.”
En ese marco, el psicoanalista destacó que el desafío de las parejas de hoy es “pensarse en la diferencia, pues habiendo dos personas deseando lo mismo no lo desean de la misma manera”.
“No hay que ser negadores de la diferencia o asumir una posición limitante, cosa que es muy difícil. Pues, pasamos de una institución que aseguraba mucho el vínculo a relaciones más libres; pero más inseguras. Por lo tanto, estamos más vulnerabilizados” reflexionó.
Luterau destacó que “el subtítulo de la obra sea ‘en búsqueda de nuevos compromisos’ y resaltó que eso no quiere decir que se ha perdido la dimensión del compromiso en el vínculo; porque eso es lo que le da al vinculo un valor más sólido”.
Y recomendó trabajar en vínculos "más sanos" que "no se agoten" en uno mismo o en una relación lo que implica “asumir y acompañar el deseo del otro más allá de mí. Más allá del cierre de la pareja. Convertirnos en amantes que habilitan que los compañeros se realicen y vayan más allá de uno mismo”.