El doctor en ciencias naturales e investigador de CONICET, Augusto Salas, contó cómo es la vida en la Base Carlini. Situada en la península Potter, sobre la bahía Guardia Nacional, isla 25 de Mayo, en el lugar conviven 76 personas entre científicos, militares y personal de logística. “En este momento debe hacer cero grados pero hay muchísimo viento, que es la principal limitante para hacer nuestro trabajo en el campo”, manifestó. Sin embargo, aclaró que “los laboratorios donde permanecemos están muy bien calefaccionados, asique no se siente tanto el frío”.
En declaraciones a Radio Provincia, Salas dijo que llegaron a la estación para realizar la campaña de verano. “Llegamos el 15 de diciembre y termina en marzo”. En tanto, precisó que arribó al lugar tras una invitación del Instituto Antártico Argentino. “Estamos junto a la dotación militar. Somos 76 personas, la mitad son militares y el resto científicos y personal de logística. La relación es muy buena y sin alguna de esas partes nuestra presencia acá no estaría justificada”, reveló.
Asimismo, sostuvo que “estamos estudiando el impacto del cambio climático global en los pingüinos, en ecotoxicología y ecofisiología. Año tras año vamos a viendo las modificaciones en la fauna de diversas especies de pingüinos. También estudiamos otras aves”.