El especialista en comercio exterior, Marcelo Elizondo, analizó las consecuencias para la economía nacional e internacional del conflicto entre Rusia y Ucrania. Aseguró que “va a haber un fortalecimiento del dólar y un debilitamiento de todas las monedas emergentes”. Además, sostuvo que subirán los precios de los granos que Argentina exporta pero subirán los comodities energéticos que importa, al tiempo que estimó que la negociación con el FMI seguirá su curso.
En declaraciones a Todo Este Ruido, indicó que “en el caso del agro, en el corto plazo nos beneficia porque suben los precios de los comodities agrícolas que exportamos. Esto tiene que ver con Rusia y Ucrania son grandes exportadores de trigo y girasol”. Sin embargo, agregó que “también suben los comodities energéticos (petróleo y gas) que nosotros importamos”. En ese ecuación el país sale ganando debido a que “exportamos más agro que lo que importamos de petróleo y gas, por lo que el saldo es a favor aunque el año pasado había buenos precios del agro mientras que el petróleo y el gas estaba mucho más bajo”.
Por otro lado, explicó que “un conflicto de este tipo genera salida de dólares de los países emergentes. Si teníamos presión de salida de dólares esto se puede exacerbar”, al tiempo que “los bonos del tesoro argentino hoy están bajando, aún desde precios muy bajos”. Según el economista “esto quiere decir que inversores extranjeros que podían mantener dólares en el país prefieran sacarlo y que si queremos tener financiamiento va a ser más difícil aún si arreglamos con el FMI”.
Respecto de aquellas opiniones que indican que el conflicto beneficiará al país como la primera y segunda guerra mundial, Elizondo expresó que “el mundo es muy distinto al de 110 años. En la primera guerra Argentina era uno de los seis o siete países más ricos del mundo. Era un gran abastecedor de granos y carnes en un mundo donde muy poquitos lo hacían y hoy tenemos muchos competidores. La globalización de la época era vender productos y hoy es mucho más integral: finanzas, empresas, información, conocimiento y datos, una revolución tecnológica”. Por otro lado, recordó que “la Argentina de hace 100 estaba muy bien provista en términos de infraestructura ya que para la época tenia buenos ferrocarriles, puertos suficientes. Hoy para crecer tiene serios problemas de infraestructura”.
En cuanto a la negociación con el FMI, aseguró que “va a concluir tal como estaba prevista”, aunque admitió que “es posible que haya menos interferencia política porque esperábamos que Estados Unidos jugara a favor pero ahora tiene otras prioridades”.
“El mundo está complicado y nosotros tenemos que considerar que todavía hay mucho por ocurrir, de modo que la Argentina tiene que regularizar su situación con el resto del mundo en términos de acceso a inversión extranjera y de acceso a nuevos mercados”, exhortó el experto y agregó que “una cosa es el escenario en el corto plazo, donde suben algunos precios, bajan los bonos argentinos, se fortalece el oro y los títulos de deuda de EEUU. Pero si esto se prorroga en el tiempo y aparece un nuevo orden mundial que enfrente al occidente democrático y capitalista ante a regímenes más autocráticos e intervencionistas, puede generar un escenario en el que haya que establecer una diplomacia distinta”.
Por último, indicó que “va a haber un fortalecimiento del dólar y un debilitamiento de todas las monedas emergentes. Para la Argentina es una presión porque perdemos competitividad si nuestros vecinos devalúan más que nosotros. Y también va a ejercer una presión sobre el régimen cambiario argentino. Esto puede generar más salida de capitales del país y que los dólares productivos de las empresas se resistan a quedarse acá”.