En las calles de Montevideo se llevó adelante el rodaje de "La uruguaya", película basada en la novela homónima de Pedro Mairal. Hasta aquí, nada fuera de lo normal: una película que parte de un best-seller y se filma en el país que le da nombre. Sin embargo, vista de cerca, esta película es todo menos normal.
"La uruguaya" cuenta la historia del argentino Lucas Pereyra, un escritor cuarentón casado, padre de un hijo, que viaja por el día a Montevideo a buscar dólares y saltarse las restricciones cambiarias impuestas en su país, y de paso encontrarse con Magalí Guerra, una joven que conoció tiempo atrás y en la que no ha dejado de pensar. Sin embargo, las cosas en Montevideo no salen como él esperaba.
El escritor y editor Hernán Casciari, fundador de la revista Orsai, cuenta con una editorial y un área audivosual, compró con Orsai Audiovisual los derechos de "La Uruguaya".
Y entonces Orsai puso en marcha la producción de "La uruguaya" con un modelo de financiamiento como mínimo inusual para la industria cinematográfica.
El equipo de Orsai fijó el presupuesto de la película en US$ 600.000 y abrió en enero una convocatoria para que el público la financiara a través de la compra en bonos de US$ 100. Con la compra, los inversionistas se convierten en productores asociados. "Inversionistas" es la palabra clave: no son donantes, son inversionistas que, si la película genera ganancia, cobrarán su parte.
La directora de “La uruguaya” Ana García Blaya explicó en diálogo con FM97UNE que “Pertenezco a la comunidad Orsai que se financia con la suscripción de los lectores. Es literatura hecha revista. Perteneciendo a su comunidad, un día me llega que se iba a financiar una película y me llaman para dirigirla…Sin promesas concretas, Hernán explicó que cada dólar o peso que ingrese se va a repartir proporcionalmente a lo que ponga cada socio y además los inversores participaban, opinaban, prestaban locaciones, participaban como extras”.
“Yo estaba totalmente descreída porque el cine independiente el mayor problema que tiene es la financiación”, apuntó.
Blaya relató además que “fue un desafío para mí, estaba incursionando un mundo desconocido estando en la cabeza de un escritor varón y me dieron la oportunidad de colaborar con el guión”.
“Una película nunca deja de ser un proyecto colectivo. El INCAA siempre tiene que estar y hay que defenderlo pero tiene las limitaciones de nuestra economía. En esta película tenía una comunidad predispuesta a participar, a trabajar gratis inclusive haciendo de extras o poniendo sus casas, había votaciones vinculantes que se respetaban y votaciones no vinculantes que tenían que ver con conocer opiniones, con todo esto lo que sentía era una contención muy grande, me sentí más acompañada, menos sola en la toma de decisiones”, remarcó.
La cineasta explicó que “después del análisis del primer corte que lo vamos a realizar con lo más de 1000 partícipes, ya podremos avanzar en la parte de sonido y los ajustes necesarios pero no tengo dudas que se va a estrenar en 2022”.
De Une FM97UNE L a V 13 a 16