En las últimas horas, Rusia tomó control de la central nuclear de Zaporiyia (Ucrania) después atacarla con fuego de artillería. El ataque produjo un incendio en la central nuclear más grande de Europa.
Julián Gadano, profesor de la Universidad de San Andrés, director del programa de Energía Nuclear e Innovación, miembro de Fundación Argentina Global, explicó por Mañana es Mejor, las consecuencias mundiales que traería aparejado un ataque nuclear.
"Es un tema que abarca muchas aristas. Es lo que se conoce como una facilidad crítica. Es un reactor de investigación que permite probar condiciones, entrenar personal y tiene muy poco material y actividad. Es un centro de muy baja actividad con lo cual es riesgo es bajo pero no quita que sea irresponsable una violación a las normas internacionales de las fuerzas invasoras rusas", indicó. Pero, remarcó que "el riesgo en el día de ayer fue bajo".
Por tanto, explicó que "no es fácil hacer explotar una central nuclear. Las centrales nucleares no explotan porque no son bombas nucleares, sí lo hacen las bombas. La ingeniería de las centrales lo impiden desde su diseño. Las contenciones de los reactores son muy difíciles de romper o afectar porque están preparadas para soportar ataques maliciosos".
Sin embargo, sostuvo que "los países firman acuerdos para no dañar ni atacar ciertas instalaciones en los países y Rusia ha firmado esos acuerdos. Es muy poco probable que Rusia ataque un reactor con intención de destruirlo por el daño a sus propios soldados. Un accidente en una central nuclear produciría daños muy fuertes en un radio de 50 km a la redonda del reactor".
"Rusia no necesita hacer de una central nuclear un arma y no tiene sentido porque sería algo descontrolado. Además, Rusia está lleno de armas. El control de la central nuclear tiene que ver con el control de la energía y no con un acto bélico en sí mismo", destacó.