Bernardo Monk visitó los estudios de Radio Provincia en la Ciudad de Buenos Aires, para charlar con Gillespi. Nació en Buenos Aires, proviene de una familia de músicos y a los 14 años empezó a estudiar saxofón. Sus primeros maestros fueron Eduardo De Luca, Víctor Skorupksi y Carlos Lastra.
En diálogo con “Perdidos en el espacio” contó que “en mi casa la música siempre fue un modo de vida, el tema de tocar empezó con mis hermanos. Soy el menor de tres y estaba harto de la música. Mis hermanos tocaban todo el día. Me copaba mucho cuando paraban de ensayar y charlaban”.
Seguido, afirmó que “hasta los 14 años quería ser veterinario o paleontólogo porque me gustan mucho los animales. A la cuestión de la naturaleza me dedico desde antes que la música”.
“Por mi casa desfilaban muchos músicos. El saxo siempre me había interesado, era misterioso, por eso de que si no había una maderita no sonaba. Cuando tenía 14 años apareció un saxofonista con un soprano a mi casa y ahí algo pasó. Empecé con profesores particulares y a tocar muy rápido”, relató el entrevistado.
En tanto, recordó que luego “me fui a Estados Unidos porque estaba a los tumbos. Un día fui a grabar algo con mis hermanos y no quedó porque estaba desafinado. Ese fue un antes y un después. Yo sabía que no estaba haciendo los deberes y me dije: voy a ponerme a estudiar en serio”.
Monk dijo que “lo de la pandemia no fue algo tan nuevo, porque siempre fui autocuarentenado. Me ha pasado de estar una semana sin salir a la calle, siempre estudiando música”. Seguido, expresó: "Estudié tres años en Estados Unidos, tuve la suerte de viajar mucho por el país y conocí muchos músicos", pero "siempre quise tener una voz propia. En un momento me di cuenta de que a mi voz le faltaba mi parte cultural. Es imposible no encasillar lo que yo hago en el tango, pero en mi cabeza, es música mía".