Verónica Maceira, coordinadora del relevamiento realizado por la Universidad de General Sarmiento repasó los resultados que fueron arrojando los sucesivos estudios desde el comienzo de la pandemia y aseguró que la "reactivación" está llegando a los barrios populares”.
El 5 sondeo a referentes territoriales en los barrios populares que realizó la Casa de Altos Estudios, indica que 9 de cada 10 personas residentes en el conurbano observan mejoras tras dos años de pandemia.
En No Corras, por FM 97 UNE Maciera relató: “Realizamos este relevamiento a través de entrevistas cortas, a referentes territoriales de distinto tipo, en el conurbano bonaerense. Es decir, en los barrios populares, no sólo en villas o asentamientos sino en todos los barrios de residencia populares de la periferia del conurbano”.
“Tratamos de ir siguiendo la situación y viendo los cambios desde la segunda semana de cuarentena. Este es el quinto recorrido que hicimos desde el inicio de la pandemia. Así que ese puede ser el gran aporte” describió la investigadora y señaló que “son muchísimas las entrevistas que vamos haciendo. Siempre a referentes territoriales. Esto es lo interesante porque es complementario a otras metodologías como la Encuesta Hogares, porque tenemos la mirada de gente que sabe lo que pasa en el territorio, tiene una propia evaluación y nosotros nos vamos haciendo una composición del lugar”.
Al analizar todos los estudios desde el comienzo de la Cuarentena, Maciera relató que los primeros datos indicaron que “la pandemia fue muy conmocionaste para todos los habitantes de los barrios populares. Pues, en el 60 por ciento de los hogares, la conformación del ingreso laboral, depende de un trabajo precario, informal, autoempleo, changas cuenta propia o asalariados no registrados” y destacó que en estos primeros encuentros los referentes sociales hablaban de “ingresos laborales 0” porque los hogares se quedaron “sin ingresos” por la cuarentena.
En ese marco, señaló que el estudio se centró en “cuáles eran las estrategias” que se daban esas familias para la subsistencia y pudieron registrar “una importante asistencia del Estado, desde muy diversos canales. Y una actividad impresionante de las organizaciones sociales en el territorio”.
“Muchas familias pasaron a depender de la asistencia alimentaria directa del Estado, de la entrega de Mercadería, de las comidas que preparaban las organizaciones. Todo este período, hasta que se fueron levantando las restricciones, fue un período conmocionante” aseguró y agregó que en ese contexto, la principal preocupación era “la inserción laboral y la alimentación”.
Maceira explicó que con “la reactivación laboral que va llegando a las periferias estas preocupaciones se van desplazando”. Pues, “se vuelve al nivel de ocupación del período de pre pandemia. Ahora, la preocupación central del trabajo sigue estando pero ahora aparece la calidad del trabajo porque aún el sostén familiar sigue siendo el empleo “sin registro y de autoempleo o cuentapropismo”.
Además, en las barriadas populares, existe la preocupación por “la reinserción de los jóvenes y de los mayores que son los que más se replegaron en la pandemia y que tiene más dificultades para reinsertarse” explicó la investigadora.
Por otra parte, la analista destalló que hubo un cambio en la asistencia del Estado que pasa de la asistencia directa al fortalecimiento y la transferencia de ingresos a los sectores populares con la AUH, la Tarjeta alimentar, entre otros y es así que aparece el problema de la inflación, situación que se ve acentuada porque “los programas de precios no llegan a los barrios ya que estos consumidores usan mucho los comercios de cercanía y la informalidad de los puestos trabajo no les permite acceder a los descuentos de los bancos y las tarjetas.”
Finalmente, la especialista se refirió al tema de la Educación y aclaró que el año pasado los referentes populares manifestaban una preocupación muy marcada en este tema por “la falta de conectividad y de dispositivos” en las familias de los barrios. Y destacó que avanzado el año “valoraron muchísimo programas como ATR, el Fines y el Progresar”
Pues, los referentes populares admiten que “hay grandes dificultades en la educación para adultos. Y que el regreso de los adolescentes a las aulas tiene más dificultad que la de los chicos de la primaria, que tienen a las madres y padres atrás”. Pero destacan que “8 de cada 10 jóvenes se están reenganchando al sistema escolar” concluyó.