Explicó que el documental corre a través de cinco testimonios: "de Gabriela Pesclevi, a cargo de la biblioteca «La Chicharra», de La Plata con la colección ‘Libros que Muerden’, la bibliotecóloga Flor Bossie, la periodista y especialista en la temática Judit Gosier y los entrañables por su experiencia de vida, por haber sido testigos de la quema de libros Amanda Toube y Ricardo Figueira".
Detalló que "la trama atraviesa y cuenta qué libros fueron censurados, y las editoriales atacadas". Además indaga "qué se censuró de la literatura infantil, para buscar no sólo las causas, sino para conocer los mecanismos que puso en funcionamiento la dictadura" expresó su directora.
En el documental "hay un aspecto muy interesante y es que fue un plan sistemático, tanto en el plano material, desde su intervención en el llamado Proceso de Reorganización Nacional, contemplado como una estrategia global" sino también "sobre el plano inmaterial, que es la cultura" agregó Fernández.
Para la cineasta el rol de la dictadura sobre la literatura infantil estaba basado en resignificar "lo que implica la formación de les niñes para el futuro de una sociedad" y recordó que "justamente atacaron ahí, porque no atacan la literatura infantil como algo menor".
Fernández resaltó que para tal fin "había oficinas burocráticas montadas sobre este aparato de facto, para, después de un estudio minucioso, determinar a qué fórmula pertenecía cada obra. Algunos libros había que ocultarlos en las bibliotecas, otros había que prohibirlos".