Miguel Binstock, quien también es Ingeniero director del Instituto de Ingeniería y Agronomía, también tiene desaparecido a su tío y su abuela paterna, Mina Feuer, fue fundadora de Madres de Plaza de Mayo. Miguel estuvo en la guardería que funcionó en Cuba entre los años 79 y 83.
En diálogo con No Corras por FMUne, reflexionó que “el 24 de marzo es una fecha de compartir, donde movilizamos todos, hay un encuentro y hay un sentir colectivo de mantener viva la memoria de lo que fue la dictadura”. En ese sentido destacó que “la vital importancia de esta fecha tiene que ver con proyectarla en el presente, con qué las nuevas generaciones puedan comprender no sólo los crímenes sino también los fines de la dictadura”.
En términos personales, Binstock recordó que “somos una familia que sufrió en carne propia la Dictadura. Mi madre pertenecía a Montoneros y fue desaparecida en 1980 en el marco del Plan Cóndor, mi tío desapareció en 1976 y es una memoria que transmitimos a nuestros hijos. Siempre cuento que Paka Paka ayudó mucho a que chicos chicos entiendan lo que pasó.
En cuanto a la militancia, milité en Hijos, dábamos charlas en los colegios y hoy está en la matrícula, hay actos. Esas instancias sirven para una transmisión más amplia a las nuevas generaciones, poner sobre la mesa que la persecución política no sirve para construir una sociedad, también hablar del modelo económico que implementó la pobreza”.
Por otro lado, Miguel recalcó que “la historia nos permite pensar permanentemente el presente y ver cómo afrontar la actualidad. La unidad es fundamental para que no triunfen los modelos de exclusión, lo vimos con el macrismo, cuando creció la pobreza y el desempleo. Hay que tomar la historia y proyectarla al presente para no cometer los mismos errores”.
Por último, con respecto a la guardería en Cuba, contó que “era un espacio de la agrupación Montoneros, donde los hijos de los militantes que volvían al país se quedaban ahí porque se conocía el plan sistemático de secuestro y desaparición. Ahí los chicos se salvaguardan de ser secuestrados. Mis padres, junto con otra pareja fueron los responsables de la fundación de la guardería. Teníamos una vida común, íbamos al jardín. Yo era bebé, nací en noviembre del 78 y en marzo del 80, cuando cae mi mamá, nos vamos al exilio en Barcelona. La guardería es un lugar simbólico en que compartí con mi madre el poco tiempo que estuvimos juntos”.