El director de Synopsis Consultores, Lucas Romero, analizó las implicancias del conflicto interno en el gobierno. El analista consideró que “el nivel del conflicto dentro del oficialismo pone interrogantes respecto de en qué condiciones está el presidente Alberto Fernández para poder ejercer el gobierno y enfrentar desafíos”.
En declaraciones a FM 97Une manifestó que “cuando los historiadores analicen este ciclo van a distinguir dos etapas. La primera llega hasta el 28 de enero de este año y la segunda desde ese día hasta aquí. La referencia de la fecha tiene que ver con el día en el que el presidente anunció el principio de acuerdo con el FMI, en una decisión que Alberto Fernández tomó por sobre la opinión de Cristina Fernández en la primera decisión sin estar alineado con el pensamiento de la vicepresidenta”. Romero dijo que “en la primera etapa vimos un gobierno que tenía muchas dificultades para funcionar porque no se ponía de acuerdo y estuvimos dos años sin tener un programa económico”, mientras que “ahora la coalición sigue sin funcionar pero en este caso porque quedó en desacuerdo”.
En ese marco, detalló que "Alberto y Cristina quedaron encerrados en el Frente de Todos aunque los dos quisieran salir de esa situación. El presidente para sacarse de encima a un sector que lo critica permanentemente y el kirchnerismo para sacarse la responsabilidad de lo que ocurre”. Sin embargo, destacó que “ninguno tiene incentivos para romper la coalición” debido a que “ni Alberto puede prescindir del actor más importante del Frente porque si lo hiciera estaría debilitando las condiciones de gobernabilidad, ni Cristina puede romper porque todo lo que ocurriese después sería achacado a su responsabilidad. Por lo tanto, sintetizó que “quedaron encerrados y sin acuerdos”.
Por otro lado, el consultor sostuvo que “el kirchnerismo, a pesar de que no lo desee, le conviene que el programa con el Fondo Monetario no funcione porque sería la ratificación de que su diagnóstico era correcto, y esto es lo peligroso del escenario”.
Por otro lado, respondió que “si Cristina creyese que se perderá la elección del 2023 la cosa se complicaría más”, ya que “para qué el gobierno subiría las tarifas, sumaría mal humor social, perdería capital político y le haría el trabajo sucio al que viene”. De todos modos, aclaró que “el kirchnerismo está concentrado en mitigar el impacto que pudiera tener este programa económico sobre su capital político y esto complica aún más la implementación del programa”.
Por último, Romero enfatizó que “el contexto social no permite margen de acción frente al fracaso”. En ese sentido, indicó que “el enojo y la bronca va creciendo viendo este espectáculo y eso es peligroso porque puede conducir a buena parte de la sociedad a apoyar a partidos políticos que terminan siendo incompatibles con los límites razonables de la discusión democrática. Pensar que de esto se sale sin política es desconocer cómo funcionan las democracias. De acá se sale con política porque nadie está en condiciones por sí solo de ofrecer las condiciones mínimas de gobernabilidad para implementar las reformas que sean necesarias”.