Norma Baylon es una gloria del tenis argentino, tiene 79 años y en su haber muchos laureles como haber sido finalista en Roland Garros 1964 por poner un ejemplo o haber ganado el primer Olimpia de Oro otorgado a una mujer y fuera de los courts en 1988, tuvo la oportunidad de ser jueza en los Juegos Olímpicos de Seúl en los que Gabriela Sabatini obtuvo la medalla de plata.
En diálogo con Instinto Amateur habló de sus comienzos, "Mis padres iban todos los fines de semana al Buenos Aires Lawn Tennis y un día un señor amigo de mi padre no tuvo mejor idea que regalarme un paletita de ping pong y con eso le daba al placard del departamento y la volvía loca a mi madre con el tiqui tiqui, y decidió comprarme una raqueta de tenis y que fuera a descargar las energías a una cancha. Y así empecé".
"Iba con mi bicicleta al Lawn Tennis, me instalaba en el frontón y esperaba que mi padre terminara de jugar sus partidos con amigos para que me peloteara. Un día mi padre vio que le devolvía bien, entonces dijo que me tiraría más fuerte y yo le devolví con un revés invertido. Tenía 6 años y desde ese día decidió ponerme un profesor de tenis que era el chileno Moyá que me tuvo paciencia de Santo y ya más grande me entrenaron los hermanos Cerdá y luego Enrique Morea" agregó la ex-tenista.
Teniendo talento para el tenis Baylon compitió desde muy pequeña. "Comencé a competir a los 11 o 12 años y salí campeona sub-14 y a los 13 años fui campeona sub-16 y después empecé a participar en campeonatos de adultos. Tenía 14 años cuando la Asociación Argentina de Tenis llamó a las diez primeras del ranking para elegir a 3 que representarían a la Argentina en los Panamericanos 1955 y me invitaron para que fuera adquiriendo experiencia y les gané a todas. El último partido se lo gané a la N°1 Nora Somoza".
El tenis iba muy bien pero no así con su comportamiento en cancha. Norma recuerda que "era brava, me enojaba, decía malas palabras y me castigaban en mi casa no dejando que jugara por varios días. En la final del selectivo me enojé bastante y me pegué con la raqueta en la rodilla. Al ganar el partido el presidente de la Asociación de Tenis viene y le dice a mi padre que me llevan al Panamericano como raqueta N°1 y Él le contesta que no voy a ir porque era inconcebible que con ese comportamiento representara al país. Y no fui".
En el Abierto de la República Argentina de 1961 le ganó la final a la checoslovaca Vera Sukova que había sido finalista en Wimbledon ese año y la invitó al año siguiente para que jugara dobles en el Circuito Europeo.
1966 fue N° 4 del mundo y Baylon describe como se armaba el ranking en aquel momento. "A fin de año se reunían los mejores periodistas del mundo especialistas en tenis y definían los puestos del ranking. El sistema era cuantos partidos se ganaba y contra quien. Yo les gané a todas las que estaban adelante, incluidas Ester Bueno y Billie Jean King pero ellas me ganaron más veces a mí".
El circuito era chico y todas sabían que si me desconcentraba y tardaba en volver al partido y Billie Jean era una de las que se aprovechaba de esa situación, pero nunca tuvimos problemas. En 2018 fui a Wimbledon, después de 53 años, llego al hotel y me llama para almorzar y ahora escribió el prólogo del libro que están escribiendo sobre mi vida.
Norma trabaja hace mucho tiempo para el tenis adaptado. "Hace muchos años vino una directora de la ITF que estaba en silla de ruedas y me pidieron que la acompañe a dictar clínicas y les gustó entonces me nombraron representante de la ITF acá para la Asociación Argentina de Tenis y trabajé mucho tiempo con centros de rehabilitación".
"Sigo ligada al tenis oficiando de traductora en la Copa Davis y Copa Federación. Actualmente soy la veedora oficial de la Asociación Argentina, controlo los torneos de Seniors y también alguno que otro de menores" finalizó Norma Baylon.