Enrique Martínez, ex titular del INTI y coordinador del Instituto para la Producción Popular destacó que la mejor decisión que puede tomar el gobierno para combatir la inflación en los alimentos es promover “1000 mercados municipales de alimentos frescos e industrializados” durante este año. Y, resaltó que las políticas de precios no deben partir "desde las góndolas" una vez que "la distorción de precios ya se produjo" sino que deben "prevenirlos y para ello hay que ir hacia la tierra y hablar con los productores".
En Siete Colores, por FM 97 UNE, señaló que desde el sector vienen insistiendo fuertemente en la necesidad de “acortar la cadena de productos frescos” y destacó que desde el gobierno han tomado “decisiones políticas” que van en ese sentido.
“Hay que evitar que productos frescos y de granja pasen por 2, 3 y hasta 4 manos porque se acumulan costos absolutamente innecesarios. No puede ser que desde la graja o desde la huerta al consumidor el producto aumente 10 veces su valor” detalló.
Además, Martínez destacó que desde la Provincia se promuevan “las ferias itinerantes” e insistió que lo que “más entusiasma” al sector es la concreción de “mercados municipales fijos” y advirtió que estas medidas deben implementarse aún ante el riesgo de “perjudicar a algunos sectores minoristas” porque en este contexto “se perjudica a la gran mayoría de la población”
“Hay que poner en marcha los mercados municipales pese a que esto signifique modificar la estructura de comercio de la última milla; porque esta situación no puede perpetuarse suponiendo que la medida puede a perjudicar a comercios minoristas” analizó el representante de los productores y aclaró: “Habrá que generar algunas medidas para reacomodar la situación de algunos comercios minoristas, que podrían verse perjudicados. Pero acá está siendo perjudicada la gran mayoría de la población”.
Finalmente, Martínez reiteró: “Hay que instalar ferias paralelas a los mercados mayoristas, ese es un desafío interesante, ese es un desafío que se puede cumplir. Pero ,insisto se puede fracasar si se vende al mismo precio de los comerciantes más pequeños para no afectar ningún interés. Hay que entender a la cadena de distribución de alimentos como un servicio remunerado. La gente tiene que vivir, pero nosotros no podríamos esconder la harina para esperar que aumente de precio. Eso va contra nuestros principios, pero hay comerciantes que lo hacen y esa es la gran diferencia”.