Mañana es Mejor conversó con el periodista Fernando Rosso, quien se desempeña como director de La Izquierda Diario, en esta oportunidad sobre su libro "La hegemonía imposible".
"Nos guste o no nos guste, si hay poder político con fuerza, la justicia se allana. Cuando la Corte Suprema quiere ser un árbitro de la política es porque el poder político tiene debilidades", comenzó su relato el periodista.
Al mismo tiempo, indicó que en su libro se puede ver que "en la última década, todo lo que se manifiesta como grieta y polarización, expresa la imposibilidad de proyectos políticos que sean hegemónicos. Los gobiernos tienen adversidades para cumplir con su contrato electoral y la ruptura con el electorado se nota muy rápido".
A su vez, el militante del Frente de Izquierda resaltó que "algunas de las concepciones de hegemonía que menciono en el libro tienen que ver con la economía. Una de las tesis del libro es que no hay hegemonía sin economía".
Consultado sobre su visión acerca de la imagen del Kircherismo, Rosso manifestó que "es en uno de los capítulos que a mí me interesa más porque tuvo que gobernar bajo su impronta, conteniendo al país, aprovechando para imponer condiciones. Fue una respuesta para conducir y recomponer la autoridad del Estado".
Por otro lado, indicó que "los años '90 fueron un cambio drástico de la vieja Argentina y surgieron los efectos que vemos ahora. Y los movimientos populares del 2001 impusieron un orden hegemónico. Hay un fenómeno nuevo en la Argentina que son trabajadores pobres. Trabajadores asalariados, en blanco, con aguinaldo, y que son pobres".
Tras realizar un panorama político de los últimos veinte años del país, opinó que "en la política hay intereses contrapuestos. La política no gira en el vacío. Si esto no tiene movilizaciones populares en las calles, es muy difícil que algo cambie".
"Las elecciones del año pasado expresaron una fuga hacia los extremos y ello mostró un fracaso del centro. De ello se desprenden varias explicaciones: para el establishment político es mejor discutir la agenda de Javier Milei que la de la izquierda. Te dicen que Milei expresa un programa máximo y eso está muy bien, que es nuevo y expresa la anti política", explicó.