"Nos gustaba leer, dispusimos de un dinero y decidimos ponerlo en la publicación de un libro. Hicimos un trabajo previo, pero era inexperiencia pura, entramos a ciegas y nos sostiene el amor por los libros", afirmó. Primeramente, Fiordo publicaba traducciones y en ese sentido planteó que uno de los objetivos de la editorial fue "que en nuestros libros las traducciones sean buenas, porque cuando se pierde la confianza en un traductor el lector deja de leer".
Luego expresó que "es un muy difícil imprimir en la Argentina, no sólo por los costos sino también por producción, a veces cuestiones prácticas lo impiden. Algunas imprentas trabajan bien, como Latingráfica, que está tratando de aggiornar un poco los presupuestos. Nos pasó de todo, tuvimos experiencias buenas y malas, y hoy estamos muy conforme con Latingráfica", concluyó.