Diego Gauna, investigador del Centro de Investigación en Economía y Prospectiva (CIEP) del INTA, se refirió al mercado de la carne sintética en Argentina y el mundo, y destacó que “la industria de la Carne Cultivada o realizada in vitro, que hoy está destinada a un nicho muy pequeño, este año traccionó más inversiones que lo que suman los fondos públicos destinados por parte de los institutos de ciencia y tecnología agropecuaria de toda América Latina”.
En Siete Colores, por FM 97UNE, el especialista detalló que “la industria de la carne in vitro a nivel mundial generó inversiones por más de 1.900 millones de dólares superando a las inversiones que se hicieron en todos los institutos de ciencia y tecnología agropecuaria de América Latina este año”.
“Es una jugada fuerte porque este tipo de producción presenta una mirada futurista de la producción cárnica y tiene muchos desafíos por delante respecto a su producción a escala comercial", manifestó, aunque admitió que "aún así las inversiones están yendo muy fuerte para el sector. Hay centros de investigación interesados en todo el mundo. Y por eso no es un tema para tomárselo a la ligera y hay que pensarlo en función de la actividad ganadera de acá a 15 o 20 años”, aclaró.
Gauna explicó que “la carne cultivada en laboratorio o realizada in vitro ” es un desarrollo que todavía no está en el mercado porque está en una “fase experimental” . Pero advirtió que lo que ya es una revolución en ese mercado es la “carne basada en plantas. Es decir, toda aquella producción que utiliza técnicas de biotecnología para replicar el sabor y la apariencia de la carne". El investigador señaló que "esto ya se vende en la Argentina y el mundo. De hecho, hay grandes cadenas de comidas rápidas que ya lo ofrecen en el mercado”, y puntualizó que actualmente “se puede replicar la carne molida, pero no se está en condiciones de replicar un bife de chorizo o un asado”.
El especialista señaló que en principio estos desarrollos apuntan a un segmento de consumidores reducido que “no quieren la matanza de animales” o que son flexitarianos, es decir consumidores que comen carne pero piensan en reducir este consumo en el futuro. Y además, este sistema de producción se ofrece como un sistema alternativo a la ganadería tradicional al ofrecer una “reducción de la huella ambiental” a nivel productivo.
En ese marco, Gauna explicó que, si bien en todo el mundo se están produciendo alimentos basados en plantas, en Argentina este tipo de iniciativas se presentan como menos atractivas porque “tenemos una tradición ganadera muy fuerte. Por eso, no es un mercado sencillo. Pero, aún así, la demanda de alimentación vegetariana o vegana está en crecimiento en todos lados”.
Finalmente, admitió que pensar “un mundo sin animales” tampoco sería “un mundo natural” y por ello Argentina no entra en ese juego. “De hecho, la ganadería argentina trabaja para construir una marca de Ganadería Sostenible. Es decir que se trabaja para mejorar la producción ganadera en base a buenas prácticas de bienestar animal, del cuidado del medioambiente, y todo lo que hacer referencia a la parte social que representa a la ganadería”, concluyó.