El trompetista Miguel Angel Tallarita visitó a Gillespi con quien repasó sus comienzos con la música, habló de su último disco, Cazador Nocturno, de su participación en la banda Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado y sobre las próximas presentaciones.
“Lo mejor que me pasó fue conocer al Indio, fue tan generoso que nos cedió su banda para que podamos seguir tocando sin él. Estoy feliz”, dijo el trompetista, al tiempo que adelantó que junto a la “Con todo band” se presenta el jueves 26 de mayo a las 22,30 horas en Vivo Club de Palermo.
En una extensa charla en “Perdidos en el Espacio”, por Radio Provincia, dijo que “soy un músico de 52 años que toca desde los 10”. Reveló que “mi viejo era un gran trompetista, pero no un gran padre. Las primeras lecciones que me dio era un tano con muy mal carácter y me dijo que no servía. Mi mamá me ayudó y me llevó al conservatorio a estudiar con Hugo Lozano”.
“En el conservatorio éramos 40 en un curso, no alcanzaba”, señaló el músico y agregó: “Cuando mi mamá me podía bancar estudiaba clases particulares”.
Seguido habló de lo difícil que es tocar la trompeta: “Toco en la banda sinfónica de Morón hace 30 años, una vez pifié una nota y una nenita de 4 años me dijo que no era así. En la trompeta se nota todo. Si estoy tres días sin tocar, soy un principiante. Es un hermoso instrumento pero hay que estar siempre encima, estudiando, siempre aprendiendo cosas nuevas”.
“Yo quería ser el mejor trompetista del mundo, después me di cuenta de que podía ser el mejor trompetista que yo podía ser”, admitió el entrevistado y manifestó: “Mi padre no fue bueno conmigo, pero ser su hijo me ayudó a que los músicos me dieran bola”.
Sobre sus influencias y maestros, destacó que “Fats Fernández es el Goyeneche del jazz, hay que tener ese don, si no lo tenés, hay que estudiar”.
En tanto, advirtió que “me considero un músico de rock, cuando alguien me convoca para hacer un arreglo en un disco, silbo una melodía, lo compongo pero no como los improvisadores, que lo hacen en el momento. Lo hago con mi tiempo y se me ocurren melodías”.
En ese marco recordó que la pasó muy mal cuando se contagió de Covid: “A esta altura, hace un año estaba internado por Covid, el día que mi mamá cumplía años me sacaron la traqueotomía y los médicos me dijeron que era difícil que volviera a tocar la trompeta”.
“Estuve un mes con respirador y otro con traqueotomía y el panorama era incierto. Cuando salí, aprendí a tocar la trompeta de nuevo. Fue muy difícil empezar con la boquilla y la depresión que me agarraba porque no me salía nada. El maestro David Pastor me ayudó mucho y hasta aprendí muchas cosas porque empecé de cero”.