Martín Angerosa, miembro Cofundador de la Red Argentina para el Desarme y miembro de la Junta Directiva del Instituto Latinoamericano de Seguridad y Democracia reflexionó sobre la masacre de Texas y aseguró que “Argentina no es una sociedad armamentista”
En No Corras, por FM 97 UNE, señaló que ante “el mito norteamericano del pueblo armado, habría que pensar qué pasaríamos si todos decidimos comprar un arma” y estas estuviera al alcance de los adolescentes, los hincas de fútbol, o disponible en las discusiones de tránsito.
Angerosa explicó que “en Argentina tenemos 8 muertes por día por armas de fuego, con un universo de 1 millón 600 mil armas registradas y otro tanto en el mercado ilegal. Sin embargo, el 60 por ciento de esos decesos corresponden a suicidios, accidentes y discusiones, no por delitos”.
Y agregó que pese a datos que indican que se registran entre 2400 y 2500 muertos al año “el tema de las armas de fuego no sólo no está movilizando a la sociedad, como debería” sino que al mismo tiempo circulan declaraciones que evidencian una "importante falta de preparación y de investigación sobre el tema" de personas "que tiene posiciones de poder”.
“Por eso apelo no a estos funcionarios sino a la conciencia de la sociedad para que no permitamos que se repartan armas para todo aquel que quiera tener” aseguró y analizó que “en medio de estos discursos lo que hay es una sociedad dividida que se está enfrentando a partir de discursos de odio, donde los buenos deben matar a los malos” describió.
Angerosa aclaró que “no se puede vivir así porque vivimos en una sociedad democrática. Y en democracia resolvemos que los problemas los vamos a resolver con métodos que son el poder judicial, a través de métodos pacíficos y no por medio de la violencia armada”.
Finalmente, el especialista analizó puntualmente el caso argentino en materia de control, tenencia y portación de armas y destacó que se “ha hecho una buena reforma institucional. Se suprimió el RENAR y se creó una Agencia de Materiales controlados que es una entidad más dinámica; mientras que el viejo RENAR funcionaba como una escribanía”.
“Hoy hay una Agencia Nacional de Materiales Controlados que lleva adelante una política pro activa para implementar la Ley de Desarme. Además, cuenta con herramientas importantes. Se trabaja mucho y Argentina, afortunadamente no es una sociedad armista. No somos una sociedad donde todos tengamos armas de fuego y eso también favorece. Sin embargo, hay que seguir trabajando” concluyó.