En declaraciones a Todo este Ruido, por Radio Provincia, Indicó que las mediciones que hace la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación (FAO), “demuestran que desde 2014 hay, a nivel global, un crecimiento muy sostenido de los niveles de inseguridad alimentaria que tiene diferentes grados”.
Puntualizó la economista que “si se toma el nivel más grave de inseguridad alimentaria, que incluye a personas que pasaron al menos un día entero sin comer, desde 2014 hasta la fecha se duplicó el nivel”. De hecho, “en 2014 el número de personas que estaban en esta situación en el mundo era de 600 millones. Con la pandemia, la cifra se elevó a 927 millones, es decir, creció prácticamente un tercio”. En tanto, “con la pandemia, la inseguridad alimentaria moderada llegó a niveles elevados, afectando a 2.300 millones de personas”, precisó.
En tanto, la entrevistada consignó que no puede quedar fuera del análisis el hecho de que, “en 2020 hubo muchas disrupciones en las cadenas de producción, un freno total en la economía global que cayó más de 4%, con lo cual fue un año particularmente crítico en términos de accesos e ingresos”.
Nahón recalcó que “tenemos un problema grave de acceso y distribución de los alimentos. Esta situación, que tuvo un pico agudo en 2020, con la pandemia, vuelve a estar agravado con la guerra que produce (…) un fuerte aumento de los alimentos, con lo cual el acceso a la comida se hace aún más difícil para buena parte de la población”. El índice de precios “llega a récords históricos, con un 66% de incremento a nivel global con respecto a la pre pandemia. Si tomamos el caso del trigo, en los últimos tres meses hay un aumento de un 47% a nivel internacional en dólares, porque Rusia y Ucrania representan el 25% de las exportaciones de alimentos a nivel mundial”.
Por último, la funcionaria del Banco Mundial mencionó que “la falta de transparencia de los mercados alimentarios a nivel global” también tiene que ver en esta situación. Al respecto, señaló que “en Argentina hay una idea de que los mercados internacionales funcionan bien y son eficientes, pero cuando uno lo mira, es todo lo contrario”. En ese aspecto, indicó que “frente a esta situación de hambre (…) un tercio de la producción de alimentos para las personas, se desperdicia o se pierde”.