Alejandro Tullio, abogado y profesor de la UBA y de la UNSAM se refirió al despacho de Comisión que tuvo el proyecto de la boleta única que impulsan sectores de la oposición y remarcó que esta es una iniciativa que no se hace desde la “denuncia” de irregularidades electorales sino como para “dar un salto de calidad y poner al Estado como garante de la presencia de la oferta electoral en todo el territorio de la Nación”.
El proyecto que obtuvo despacho de comisión es el modelo cordobés que propone una boleta única a nivel nacional con todos los candidatos a presidente, legisladores nacionales y parlamentarios del Mercosur. Y otro con los candidatos provinciales, si la provincia suscribe a la norma.
En Siete Colores, por FM 97 UNE, el Director Nacional Electoral entre 2001- 2016, remarcó: “Los que proponemos estos cambios no lo hacemos desde la denuncia de algún tipo de alteración de los resultados electorales sino para simplificar el proceso electoral”.
“El sistema con el que nos manejamos a nivel nacional es confiable, nos hemos manejado bien” y reiteró que, fundamentalmente, se busca poner “al Estado como garante de la totalidad del proceso de las elecciones”.
Tullio agregó que “el sistema de boleta única se utiliza en la mayoría de los países pero no se puede importar directamente. Uno de los últimos en aplicarlo fue Colombia y lo hizo por la mismas razones que aquí se esgrimen: para simplificar la forma en que los ciudadanos encuentran a los candidatos. Y para que el Estado se apropie de la impresión y distribución de las boletas”.
El Observador Internacional para la OEA, UNASUR, MERCOSUR, UNIORE y otras misiones electorales señaló que en principio la medida “beneficiaría a los partidos más chicos que tienen dificultades para imprimir, distribuir y asegurar la presencia de sus boletas en el cuarto oscuro”.
“Esos partidos son más chicos porque tienen menos votos y su capacidad de quejarse es inferior. Pero los partidos grandes que ya han gobernado se las arreglan de una u otra manera. Sin embargo, el derecho no es de los partidos a tener boletas en el cuarto oscuro sino de los ciudadanos a tener todas las opciones en el instrumento de votación”, aclaró.
Tullio ejemplificó que “el Estado paga una cantidad de boletas y los partidos grandes las duplican. En una elección presidencial se imprimen más de mil doscientos millones de boletas, para utilizar 27 millones”. Y subrayó que “con este mecanismo ningún partido debería imprimir ni distribuir nada. Y todos estarían presentes en todos lados imprimiendo nada más que 45 millones de boletas”.
El abogado detalló que el dictamen en comisión fue muy ajustado y aclaró que “hay que ver qué pasa en Diputados, si se mantienen los acuerdos. Luego, el proyecto, tiene que ir al Senado. Además, en el caso que se apruebe, debería estar la promulgación del Ejecutivo. Pero, con todos estos filtros, es posible aplicarlo el año que viene”.
“Esto es como cualquier mejora, si se logra sería un avance. Si no se logra, no hay que dramatizar. Nunca se debe malversar las motivaciones. Estamos bien, y lo que proponemos sería solo una mejoraría del sistema”, aseguró.
Finalmente, respecto a la incorporación del voto electrónico explicó que su implementación “sería más compleja porque implica un el salto más alto. Además, requiere de una inversión que Argentina no está en condiciones de hacer. Y una progresividad mayor. Hay que ir a una opción más simple".
“La boleta única es una simplificación y una estatización del sistema porque las imprimiría y la distribuiría el correo. Pero, para el voto electrónico, si bien está dado el nivel tecnológico, habría que hacer licitaciones, comprar equipos. Estoy de acuerdo, pero no estaría de acuerdo con hacer esa inversión ahora”, concluyó.