Aunque reconoció que la norma actual (23.798) “envejeció bien”, es saludable avanzar por cuando cambió la situación de la epidemia.
Cuando la ley actual surgió “no había más que unos pocos medicamentos que permitía estirar un poco la expectativa de vida” de las personas que habían contraído el virus, mientras que hoy “se va corriendo el límite y podemos hablar del VIH con una enfermedad crónica y no mortal”, indicó.
En diálogo con Todo este Ruido, por Radio Provincia, advirtió que “es importante que estos cambios que se expresan en lo biomédico y social, estén reflejados también en una normativa” y “volver a poner en agenda este tema que sin duda ha avanzado mucho pero se siguen infectando y muriendo personas”.
En ese marco, el entrevistado remarcó que aún “el estigma y la discriminación” son “los motores de la epidemia” y por eso “esta ley apunta a resolver algunas cuestiones que fueron apareciendo en estos años, como prohibir el análisis preocupacional de VIH”.