En ese marco, sostuvo que “la pandemia, más allá de lo doloroso que fue, hizo que estuviera muy conectado conmigo mismo y tratando de ver cómo hacía para seguir creando artísticamente. Así me metí con ciertas máquinas electrónicas, cosa que no había hecho nunca”.
Relató que “siempre fui archi batero y sigo siéndolo, pero empezó una cierta molestia cuando hicimos el vivo con Divididos. Hacíamos acústico y después eléctrico, uno de los shows se grabó y los tres con Álvaro Villagra hicimos un discazo. Después de ese disco, me agarró este ruido”.
Araujo manifestó que a cierta altura de la vida profesional, “me di cuenta de que quería hacer mis propias canciones, tener diferentes proyectos. Estuve 9 años en Divididos y no hice otra cosa y todo lo que se hizo fue porque los tres estábamos igual. Cuando estás en un grupo así, no podés hacer otra cosa”.
“Empecé de muy chico con Los Beatles, no sabía leer pero los escuchaba. Mi viejo escuchaba Piazzolla y clásica y en la adolescencia arranque con el jazz. Fue una cosa de despertares y ahora me pasa con artistas nuevos que aparecen”, contó el artista al rememorar el origen de su pasión por la música.