En diálogo con Picado Fino, el funcionario introdujo el tema diciendo “hay algo que conmovió la escena pública, la vida cotidiana, el trabajo, los medios de comunicación: los feminismos”.
Ante este nuevo escenario, “los varones, sobre todo los cis hétero sexuales, quedaron desacomodados y sin saber muy bien qué hacer ante esta situación” y agregó que la función por parte del área que conduce “es visibilizar otras formas de ser varón y de pensarse en el vínculo con el cuidado”.
En este marco, “pensar la paternidad, es pensar otra forma que no implica aquello de llegar y tener la última palabra, el que no se involucraba en las tareas escolares, o en llevar a sus hijes al médico”.
Sánchez agregó que la cuestión emocional es un paso importante porque “comenzar a registrar otras emociones nos hace más libres, pero además iguala las relaciones. Las mujeres habían sido educadas para registrar emocionalidad sobre sí mismas y otras personas y están más acostumbradas a hablar: los varones muchas veces no están acostumbrados a hablar, no tienen con quién, no hablan entre ellos y mantienen más su posición de varones en vez de hablar de lo que les pasa”.
Seguidamente contó que “en los talleres que damos desde el ministerio, varones que ejercieron violencia manifiestan que nunca habían registrado como vivían sus emociones, su salud mental, si registraban o no situaciones de humillación. Lo que está pasando hoy, esa figura de padre como centro de familia, único proveedor, era como el dueño de la familia. Hoy algunas cosas han cambiado, pero hay que tener cuidado; no ser como mi abuelo o mi padre necesariamente constituye igualdad”.
En este sentido, funcionario argumentó que “la pandemia puso algunas cuestiones en evidencia, como que muchas mujeres también son únicas proveedoras, y todavía no hay igualdad en el cuidado. En eso estamos más o menos igual; las encargadas de las tareas de cuidado están desarrolladas por mujeres. Entre los mandatos tradicionales, aparecía en las mujeres la maternidad” mientras que “en el varón el mandato era la procreación, que no tiene que ver con paternar. No se trata de usar un término moderno, sino de transformar ese verbo” en acciones.
“Las personas de 30, 40 o 50 años están repensando la paternidad, y que las políticas de igualdad de género también tiene que ver con ellos, porque buscamos estrategias para que todas las personas puedan vivir mejor”, concluyó.