Sergio Nicanoff, historiador, docente y miembro del colectivo de comunicación Contrahegemoniaweb, autor del libro "Darío y Maxi, 20 Junios", sobre los 20 años de la masacre de Avellaneda habló con Todo Este Ruido por Radio Provincia y expresó respecto de la presentación del libro que "somos siete personas las que lo armamos. Una parte tiene entrevistas a todos los movimientos que estuvieron en el puente ese día. Familiares, amigos, y otra parte que es análisis sobre qué significa el 26 de junio hoy".
En tanto, dijo que la sociedad de ese entonces "cruzaba el derrumbe de la convertibilidad menemista. Una sociedad con 50% de pobres y 22% de indigentes, 18% de desempleo. Una sociedad que venía del corralito, cinco presidentes en once días, la rebelión del 19 y 20 de diciembre. Sin políticas de contención social. Ese 26 de junio, Duhalde lanza los planes Jefes y Jefas de Hogar y pretende que sean manejados por los municipios, los Gobernadores. Busca desalojar la movilización y para eso se arma la masacre de Avellaneda y el 26. Hay un objetivo explícito. Duhalde quería disciplinar a los movimientos sociales porque pretendía presentarse en las elecciones presidenciales. Hay una campaña previa, donde funcionarios nacionales piden que haya represión en las calles”.
Asimismo, destacó que “la represión del 26 fue combinada entre Gendarmería, policía Bonaerense y Federal. Dentro de la bonaerense había un grupo con línea directa a la SIDE que dirigía el comisario Franchoti que dispara con balas de plomo. El objetivo político era que los muertos de esa jornada se presentaran como producto del enfrentamiento entre movimientos piqueteros".
Además, Nicanoff sostuvo que "la patota que asesina a Darío mientras asiste a Maxi, herido con balas de plomo, percibe que hay dos periodistas y las fotos demuestran que Darío estaba vivo. Clarín publica la serie de fotos donde se ve a Darío vivo con los policías detrás. Allí comenzó una difusión para comprobar que no había sido un enfrentamiento entre piqueteros, como decía el discurso oficial, sino una asesinato".
No obstante, reflexionó sobre el rol que cumplen los movimientos sociales en los barrios populares y sobre ello indicó que "ante la ausencia del Estado los movimientos sociales ocupan ese rol. no se puede entender el desarrollo territorial, la tarea de los movimientos sin el proceso de recomposición que se empieza a dar desde 1996 en los movimientos populares. En segundo lugar, hay una dimensión ética enorme. No sólo el caso de Darío que se queda a ayudar a maxi, hubo una enorme red de solidaridad para llevar a los heridos a los barrios, ir a las comisarías".
"Los efectos políticos y el tipo de sociedad que surgió, así como los gobiernos que surgieron no hubiesen sido posible sin eso. Parte de las conquistas que se consiguieron tuvieron que ver con esas luchas, con esos procesos sin los cuales se podría pensar el recorrido posterior. Me parece difícil en un capitalismo dependiente que aún en su momento de mayor recomposición no bajó del 30% oficial de trabajo en negro", reflexionó.
Por otro lado, habló sobre las redes de contención que se organizan en el territorio y sobre ellos dijo que la red de lucha contra la violencia en los barrios es posible gracias al impacto del movimiento feminista.
Para finalizar, opinó sobre la policía bonaerense respecto de la cual expresó que "el logro fue condenar a los asesinos materiales, pero queda la condena a los responsables políticos. Por la lucha social se consiguió la condena material. Soy escéptico a decir qué cambió la policía bonaerense por cómo operan en los barrios, con la lógica del gatillo fácil".