El proyecto cobró vida en el año 2000 y cuenta con más de 60 publicaciones que hoy llegan a varios países de habla hispana. Además ha recibido numerosas distinciones y los trabajos se publicaron en distintos idiomas constituyéndose como una referencia en la literatura formativa de Latinoamérica.
En diálogo con “Perdidos en el Espacio”, Paredes (Física), manifestó “la divulgación siempre me gustó mucho, y creo que mi acercamiento a la ciencia tuvo más que ver con un interés personal por la física, el hecho de estudiarla y no el trabajo en sí. Ahí conocí a Ileana”.
Lotersztain (Bióloga), recordó “nos conocimos haciendo un curso de periodismo científico en la Fundación Leloir”. A Carla le despertaron interés las preguntas y acotaciones que hacía Ileana en clase, y cuando se empezaron a armar grupos más chicos se conocieron.
“Como parte del trabajo, fuimos preparando artículos primero como juego y después más seriamente”, agregó Paredes. “Luego nos sugirieron tener un lector crítico dentro del grupo, y mantuvimos esa dinámica hasta hoy; una es crítica de la otra”.
Transcurrido un tiempo, se plantearon que con todo el material producido estaban en condiciones de publicar un libro y fue así que surgió “Preguntas que ponen los pelos de punta 1”.
“Cuando fuimos a la Cámara del Libro no sabíamos si hacer una publicación de autor o una editorial. Científicamente, comenzamos a investigar y todos nos decían que era una locura, no podés salir al mercado con un solo libro, si nadie invierte en publicidad no van a poder, era todo para abajo. Tenían razón”, dijo Lotersztain.
“Teníamos muchas ganas, éramos muy jóvenes y nos gustaba mucho lo que hacíamos. Nos recomendaron que seamos generosas y mandemos el libro a todos lados, entonces enviábamos el libro con una cartita pidiendo a quién lo recibía que si les gustaba el libro, nos ayudaran difundiendo su existencia. La radio fue muy importante para hacernos conocer”, acotó Paredes.
Las autoras afirmaron estar comprometidas con hacer accesible el conocimiento. “Esta posibilidad de divulgar, poner al alcance de todos el conocimiento nos da mucho placer”, dijeron, y destacaron haber atribuido “mucha importancia al diseño, al tipo de lenguaje, las ilustraciones. Los libros no hablan de cosas que sabemos, van de cosas que nos interesan, nos divirtieron, o nos despertaron preguntas en ese mismo momento. Estamos conectadas con nuestra propia curiosidad, y eso es algo que logramos mantener a través de los años”, concluyeron.